Christos Nikou: «No sabemos qué es el amor. Pero sí que hay que trabajárselo»

Christos Nikou rindió homenaje en la presentación de este su segundo largometraje, de pronto estreno en nuestras salas con el título de 'Esto va doler', (que reconoció bastante acertado) a Blanchett, quien apoya y financia también esta película, «No es una profesional de la producción pero tiene un instinto tremendo».

El cineasta griego que se declara absolutamente hechizado por 'Total Eclipse of the Heart' y las demás canciones que suenan en la banda sonora de este filme, confesó que la película que hubiese deseado hacer sobre todas las demás, incluidas las suyas siempre fue 'El show de Truman' porque le parece una «increíble profecía de lo que estaba por llegar y acabó llegando». No es muy aficionado a la ciencia ficción futurista «no conecto con ella, me resulta demasiado lejana». Por eso su comedia romántica (reconoce la deuda con 'Nottiing Hill') no está fechada en el siglo XXIII y acaso tampoco en este XXI porque de ella se desprende cierto aire «'noventero'» en palabras de su propio autor. También asumió haber «querido localizar mi obra en un 'no lugar' en vez de en alguna ciudad famosa por su reflejo en la pantalla».

El argumento de 'Esto va a doler' es casi una fábula seudocientífica. En un mundo anterior a las últimas tecnologías (no aparecen ordenadores ni móviles y los protagonistas reciben llamadas al teléfono fijo) ciertas investigaciones han descubierto que se puede asegurar al cien por cien tu compatibilidad con quien amas arrancándose los dos o las dos una uña y metiéndolas en algo parecido a un microondas . Si el resultado es positivo, la pareja recibe un certificado. Si no, acaso solo sea cuestión de cursillos, experiencias y...

Christos asumió totalmente, alineándose en la rueda de prensa con cineastas como Spike Jonze ('Her') o Grondy ('Rebobine, por favor'), que el aparato que mide dicha compatibilidad amorosa no sea un dispositivo inteligente ni un «acumulador de Big Data». Volvió en la charla con los periodistas a la idea de una narración «irónica, fuera del tiempo y totalmente analógica; un microondas, si. Para que recapacitemos sobre la tontería que representa que hoy unos algoritmos encerrados en una app sean los que nos emparejen». Preguntado si el final pudiera ser relativamente esperanzador, Nikou respondió, «melancólicamente esperanzador. Nada sabemos sobre el amor pero está claro que para encontrarlo y no perderlo hay que trabajárselo».