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Hayao Miyazaki, un viento cálidoLlueve de noche. La niña Satsuki, con su hermanita Mei dormida a la espalda, espera en una parada el autobús de su padre, que ha ido a visitar a su madre al hospital. De pronto, aparece un ser de gran tamaño, que se queda a su lado bajo la lluvia. Será Totoro, el espíritu del bosque, que le impresiona pero al que Satsuki se anima a prestar el paraguas de su padre. En silencio, Totoro disfruta del paraguas y del ruido de las gotas de agua contra él.
El castillo de Cagliostro 1979
Nausicaä del Valle del Viento 1984
El castillo en el cielo 1986
Mi vecino Totoro 1988
Nicky, la aprendiz de bruja 1989
Porco Rosso 1992
La princesa Mononoke 1997
El viaje de Chihiro 2001
El castillo ambulante 2004
Ponyo en el acantilado 2008
El viento se levanta 2013
El chico y la garza 2023
Pronto se marchará, ¡en un autobús con forma de gato gigante! y después llegará el del padre. Nada parece haber ocurrido pero en esos minutos de miradas y recogimiento bajo la lluvia ha habido gotas de miedo, valentía, brusquedad, ternura, silencio, regocijo, conexiones, extrañezas, realidad y sueño. Puro Miyazaki.
Como a las niñas de 'Mi vecino Totoro', a Hayao Miyazaki también le pasó que durante su infancia su madre estuvo varios años postrada en la cama, aquejada de una complicada infección. Él había nacido en enero de 1941 en Tokio. Su padre trabajaba en una pequeña empresa de piezas para aviones, lo que puede explicar la pasión del dibujante por las avionetas, manifiesta en 'Porco Rosso' (con aquel aviador que fue humano antes de que un conjuro le dejase forma de cerdo) o 'El viento se levanta' (el que parecía iba a ser su testamento cinematográfico).
No saltemos aún al cineasta de las grandes obras de animación, sin recordar previamente que mucho, muchísimo tiempo antes de 'El viaje de Chihiro', su Oso de Oro y su Oscar, usted y yo, todos, vimos trabajos del joven Hayao, aunque no lo supiéramos. Trabajó como animador en las popularísimas series niponas que adaptaron 'Heidi' y 'Marco'. Dirigió junto con Yasuri Mori la escena de los títulos de crédito iniciales de la primera (sí, la de 'Abuelito, dime tú') y diseñó algunas secuencias de 'Marco'.
Desde que en 1985 fundó el estudio Ghibli junto con Isao Takahata, podría abordar sus películas con la independencia y tranquilidad requeridas para desarrollar sus proyectos. Por cierto, que 'ghibli' es una palabra de origen árabe que viene a significar «viento cálido y fiero».
Sus películas ricas y estimulantes han hecho que Hayao Miyazaki tenga hoy una corte de fans, no sólo entre espectadores de a pie sino también entre estudiosos del cine.
En el libro 'Cine de animación japonés', escribió Tomás Fernández Valentí: «Se puede decir más alto, pero no más claro: Hayao Miyazaki es uno de los mejores directores de cine del mundo».
Tampoco se quedó atrás José Luis Rebordinos en el reciente anuncio de que el japonés había aceptado el Premio Donostia. «Creo que Hayao Miyazaki es la persona más importante que ha dado la animación mundial en toda su historia, y conozco a Disney. Creo que las obras humanistas, esos cuentacuentos, esas películas de aventuras de Miyazaki, esas películas donde las mujeres y las niñas corren aventuras, luchan, pelean por su futuro, tienen amigos, no tienen por qué tener novios ni maridos, son películas adelantadas a su tiempo y son de una belleza extraordinaria. Miyazaki está a la altura de grandes directores de cine como Dreyer y Ozu».
Apuntaba Rebordinos algunas de las características del cine de Miyazaki. Desde luego, ese protagonismo, infrecuente en la animación, de chicas independientes y fuertes cuando es necesario, en las antípodas de las princesas Disney de antaño.
También tiñen su obra un ecologismo nada ingenuo sino consciente de que la naturaleza también es complejidad y conflicto ('Nausicaä del Valle del Viento'), y esa ambigüedad tan oriental. En palabras de Fernández Valentí referidas a 'El viaje de Chihiro', es «la ambivalencia de los personajes, que pueden ser buenos o malos, agradables o desagradables, según las circunstancias». Todo ello envuelto en la sensibilidad por el detalle, una frescura muy personal y su derroche imaginativo.
A los 82 años, Miyazaki es un creador que hace lo que quiere. Aunque había anunciado su retirada, vuelve con una reflexión sobre la vida y la muerte en 'El chico y la garza', que se ha atrevido a estrenar en Japón sin promoción previa. Hoy será el primer Premio Donostia que reciba su galardón sin acudir a San Sebastián. Dicen que ya está trabajando en su siguiente proyecto, A veces, la vida es bella.
'El castillo de Cagliostro' (1979)
'Nausicaä del Valle del Viento' (1984)
'El castillo en el cielo' (1986)
'Mi vecino Totoro' (1988)
'Nicky, la aprendiz de bruja' (1989)
'Porco Rosso' (1992)
'La princesa Mononoke' (1997)
'El viaje de Chihiro' (2001)
'El castillo ambulante' (2004)
'Ponyo en el acantilado' (2008)
'El viento se levanta' (2013)
'El chico y la garza' (2023)
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