Preparen sus ojos... y manos

Será la edición de la bendita normalidad. Los organizadores, prudentes, hablan de la incógnita de si se recuperará el público, pero no parece fácil que un evento de primera magnitud y lleno de estímulos como este pierda el tirón popular de su última época. Lo veremos (y nos veremos en los cines).

El año de la nueva normalidad traerá su dosis de estrellas, asunto en el que siempre cantaremos el «todos queremos más». Los más optimistas recordaban que en su 50º aniversario, el Festival entregó cuatro premios Donostia y en el 60º, cinco (Oliver Stone, Dustin Hoffman, Ewan McGregor, Tommy Lee Jones y Travolta), perspectiva desde la que dos o acaso tres saben a poco. Menos mal que una amistad nada peligrosa como Glenn Close sumará glamour desde el jurado.

Vuelve a tope un Festival siempre igual pero siempre distinto. Con pequeñas novedades que a algunos nos gustan menos (un catálogo que no se publica en papel, ¿es un catálogo?) o más, como la juguetona sintonía encargada a Arroitajauregi y Calleja. Pero lo que parece nuevo también es normal, que Carlos Rodriguez, de Morgan Crea, nos recuerda que en su historia el Festival ha tenido varias sintonías, la que compuso Juan Urteaga al principio, la que en 1982 hizo Francis Lai y la encargada a Ángel Illarramendi en 1991. La que hemos acompañado con palmas en los últimos años la eligieron de una biblioteca de músicas. Menos mal que la nueva también es 'palmeable'. Preparen sus manos y sus ojos, que la 70 llega ya.