– ¿Por qué el Festival se plantea tomar en este momento esta medida?
– El planteamiento surge a raíz de que la Berlinale adoptara esta medida. Comenzamos a tener muchas conversaciones en el equipo y con gente de la industria, y lo que resulta determinante a la hora de tomar la decisión es que sentimos que las personas que no se adscriben a un género están siendo en este momento excluidas del palmarés en la categoría de interpretación. Nos solidarizamos con esa conflictividad y entendemos que ésta es la forma de que el palmarés sea inclusivo respecto a estas personas.
«Debemos trabajar por la inclusión de la mujer en la industria audiovisual, pero también de otras minorías»
– Le dirán que han sido muy pocas las personas no binarias susceptibles de ganar la Concha de Plata...
– Lo entiendo, pero también es una identidad que se vive con muchísima conflictividad. El papel que tienen instituciones culturales como el Festival de San Sebastián es posibilitar la inclusión también de aquellas personas que están más 'en los márgenes' y que tenemos que trabajar por la inclusión de la mujer en la industria audiovisual, pero también de otras minorías que, además, viven este tema de identidad desde un lugar de conflicto. Cualquier paso que podamos dar por ayudarles y por generar un espacio en el que todos, todas y todes estén incluidos es importante.
– ¿Era consciente el Festival de que su decisión iba a desatar una controversia hasta el punto de eclipsar la presentación de los carteles?
– Todos sabíamos que éste es un debate que en este momento está abierto en la sociedad y por lo tanto, una toma de posición en este sentido iba a formar parte del mismo. No tenemos ninguna certeza, pero sí la voluntad de participar en un debate que está vivo y que por lo tanto, sabíamos que iba a generar reacciones a favor y en contra. La idea es que lo tomemos como un punto de arranque desde el que seguir debatiendo. Nuestra idea es generar durante el Festival una gran mesa de debate sobre este tema porque hemos escuchado las reacciones que ha habido después de nuestro anuncio. Y es importante que sigamos escuchando los argumentos de uno y otro lado, sobre todo, cuando creo que los objetivos en el fondo son comunes. Se trata de encontrar las fórmulas más adecuadas para que el Zinemaldia sea un lugar más inclusivo en todos los sentidos.
– Muchas actrices temen que esto suponga su desaparición de los palmareses y, a la vez, hay quien presupone que todos los galardonados serán mujeres.
– Eso es futurología. Tendremos que vivir para ver qué va a suceder. Es verdad que existe la figura del ex aequo, habilitadas precisamente para que se puedan dar dos premios tanto en la categoría principal como secundaria. Por lo tanto, creo que no deberíamos tener ese miedo a que hombres o mujeres desaparezcan del palmarés. Lo importante es que seleccionemos películas con mujeres protagónicas y por lo tanto, que puedan optar al premio.
– ¿Y teme que los jurados tengan en cuenta a quién se premió el año anterior y esto condicione su decisión?
– Las dinámicas de los jurados siempre son muy particulares y de la misma manera que el Festival no está al margen de la sociedad, ellos tampoco. Tienen sus propias ideologías y participan de este tipo de debates, y entiendo que se generarán debates internos dentro de los propios jurados. Ahí el Festival no interfiere. Es importante detectar que es un paso que se ha dado y que ahora deberemos ir andando todos de forma conjunta el camino. El Festival está muy abierto a dialogar y debatir sobre los argumentos que hay en uno y otro lado, sintiendo confianza en la decisión que ha tomado.
– La clave es que haya películas a concurso con buenos personajes protagonistas femeninos o no binarios, si es que alguna vez se ha dado el caso...
– En la Sección Oficial no recuerdo que haya pasado, pero el año pasado la Concha de Plata a la Mejor Actriz fue para Ia Sukhitashvili y lo mismo pasó con Fan Bingbing en 'I'm not Madame Bovary'. Ya he leído estadísticas de 70% de películas con protagonistas hombres y 30% mujeres y aunque no sé a qué ámbito pertenece el estudio, sí sé que el comité de selección del Zinemaldia tiene que estar activado para seleccionar estas historias protagonizadas por mujeres.
«Existe el ex aequo, no hay que temer que hombreso mujeres desaparezcan del palmarés»
– Tampoco las películas de los Festivales son representativas de la industria cinematográfica. Normalmente, concursan filmes de un cierto tipo...
– Sí, puede ser. Una cosa son las películas de estreno y otra, las que pasan por el circuito de festivales, aunque luego también puedan ir a las salas de cine. El proceso de selección es muy depurativo en este sentido. Si repasamos los últimos años, hemos tenido películas muy interesantes protagonizadas por mujeres que han estado en el palmarés.
– ¿Se va a sentir presionado el Festival por conseguir que haya una paridad o un equilibrio en el reparto de galardones? Por aquello de que si se premia sólo a hombres dos años seguidos puede haber polémica...
– No. No hay una presión directa, ni una asunción de que haya que adoptar una política de cuotas. Lo que sí hay que entender es que nosotros, como miembros del comité de selección, también estamos influidos por ese debate que hay en la sociedad. No es simplemente que nos parezca que una película tiene calidad. La perspectiva de género sí es un criterio a la hora de seleccionar películas, como hay otros muchos: que haya miradas diferentes, distintas formas de entender el cine, una representatividad por países... De una forma natural, se puede incorporar eso al proceso de trabajo sin que signifique que nos sintamos presionados.
– ¿Por qué cree que la decisión ha levantado tantas ampollas, cuando no existe esa distinción en los premios al guion o a la dirección?
– Una persona me comentó que el intérprete actúa con su cuerpo y por lo tanto, con su género. Ahí el género es mucho más claro, aunque en dirección, guion y otras categorías técnicas, la brecha de género es aún mucho mayor.
– ¿Le consta si algún otro festival se va a sumar a esta iniciativa?
– No nos consta. Hemos tenido conversaciones con festivales nacionales e internacionales, pero no hay una estrategia en este sentido. Al final cada institución mide qué lugar ocupa, tanto social y geográficamente como en el circuito de certámenes, y tomará sus decisiones en función de la valoración que haga.
– Póngase dentro de cinco años. ¿Cuál sería el escenario ideal en lo que se refiere a los palmareses? ¿Reparto equitativo de premios?
– No lo sé, sinceramente. Lo que me gustaría es que nadie sintiera que no tiene cabida en el palmarés. En la forma en la que estaban constituidos los premios hasta ahora, había un sector que, aunque muy minoritario, no tenía cabida. Dentro de cinco años ojalá haya habido películas protagonizadas por una mujer, un hombre o un no binario que hayan entrado en el palmarés. Me gustaría pensar que lo que salga de este debate posibilite que el Festival y otras instituciones culturales sean más inclusivas.
«El Zinemaldia tiene que estar activado para seleccionar esas historias con mujeres protagonistas»
– ¿Contemplan la posibilidad de dar marcha atrás y volver al tradicional reparto de premios?
– Desde la confianza en que hemos tomado la decisión correcta, hay que decir que en la vida nada es irreversible. Ahora lo que toca es propiciar durante el próximo festival un diálogo y una conversación con distintas personas, instituciones, etcétera. Hemos estado muy atentos a las reacciones al anuncio y a raíz de ver con cuánta conflictividad se ha vivido en España este tema hemos pensado que el Festival también tiene que ser el lugar en el que se expresen los argumentos de una y otra postura. Es verdad que cuando la Berlinale hizo el anuncio no hubo toda esta corriente que está surgiendo ahora, por lo tanto, la sensación de que tenemos que hablar surge también de ver cómo se ha recibido la medida.
– Visto ahora, ¿piensa que deberían haber consultado con otras entidades antes de tomar la medida?
– Da la sensación de que no hemos consultado y no es cierto. Es verdad que no ha habido una comunicación oficial ni con CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales), ni con otras instituciones. Posiblemente deberíamos haber hecho ese acercamiento, aunque lo hemos hecho de forma más oficiosa con personas de esas organizaciones. Lo importante es que a partir de ahora se van a activar otras interlocuciones. Al Festival le gusta hablar, participar en los debates y en los 'conflictos', y creemos que es nuestro deber hacerlo.
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