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Este sábado se han cambiado los papeles. Luqman Lachgar, el pequeño de la casa, fue el protagonista. Un momento con el que soñaba desde hace tiempo llegó al fin. A eso de las 16.30 horas, el hijo del actual campeón de la Behobia-San Sebastián pisó el sintético del Miniestadio de Anoeta, donde se celebró una nueva edición de la Behobia Txiki, y participó en su primera carrera. 200 metros de pura ilusión, emoción... El hijo del gran favorito al triunfo hoy en el Boulevard emuló por un día a su padre y se colgó su primera medalla, como las que le pide a su aita siempre que viaja para correr.
A Chakib, que estuvo animando como el que más junto a su mujer y hermanos unas horas antes de buscar su tercera txapela en la carrera, le hacía especial ilusión que su pequeño se estrenara en la Behobia, la prueba en la que tanto disfruta él. Este domingo, claro, será Luqman el que grite cuando vea a su aita correr a toda velocidad. De tal palo, tal astilla...
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Luqman Lachgar
Está siendo, sin duda, un fin de semana muy emocionante para esta familia. Ya lo fue el año pasado, cuando la madre de Chakib viajó desde Marruecos para vivir en directo la Behobia desde el Boulevard. Era la primera vez en la que Zahara veía a su hijo correr en directo. Pero esta vez está siendo diferente.
En la Behobia Txiki se concentran cientos de ilusiones de jóvenes que se lo pasan en grande. Y Luqman, que estaba «nervioso desde hace incluso semanas» por su debut, vivió su propia historia en la versión mini de la gran popular guipuzcoana. La medalla, que reciben todos los participantes, ya lestá en su casa. Y tiene mucho más valor que todas las que su padre acostumbra a ganar.
Chakib Lachgar
«Tengo una idea», confesaba el pequeño de la casa días antes de correr la BSS Txiki. ¿Cuál es? Él lo tenía claro: «Correr muy rápido para ganar la carrera. ». Así de fácil. «Ya sabes, si quieres correr rápido tienes que entrenar», le dice siempre Chakib. «Entrenaré. Lo haré».
La ama (Aicha) y el aita seguro que están orgullosos de su pequeño haga lo que haga en el futuro. Si se decide a correr, bien. Y si prefiere hacer cualquier otro deporte, también. «Le apunté a la Behobia Txiki porque sabía que le haría ilusión. Está muy contento, emocionado», afirmaba Chakib. «Es muy movido. Le gusta mucho jugar. Ahora él ya sabe lo que yo hago. Ya es consciente de que cuando viajo suele ser para participar en alguna carrera. Y me pregunta mucho. Me suele decir que le tengo que traer la medalla».
Ante ese constante y lógico interés por lo que hace su padre, Chakib le preguntó a ver si quería que le apuntara a alguna carrera. Y Luqman no pudo negarse. «Sí, quiero correr», le dijo.Fue contundente.
«Me gustaría que hiciera deporte. No le voy a presionar para que sea atleta, que haga lo que quiera. Cuando crezca que decida qué es lo que quiere hacer. Pero está claro que le ha hecho mucha ilusión poder participar en la Behobia Txiki. Ha estado días incluso diciendo que, como tiene una carrera, tiene que beber mucho agua para hidratarse, comer bien...». Como los profesionales. «Entrenaré, comeré bien, beberé...».
Luqman nunca le ha visto ganar a su padre en la Behobia. Cuando triunfó en 2019, aún no había nacido. Y el año pasado, el pequeño de la casa se encontraba en Marruecos con su madre aprovechando que Chakib había viajado a diferentes competiciones durante las semanas previas y que prácticamente no pasó ni un día en casa. Hoy, sin embargo, será diferente. «Estarán viéndome desde el Boulevard». ¿Ganará el aita? ¿Igualará a Juan Mari Garin como el hombre guipuzcoano con más triunfos (tres) en la carrera?
Chakib apostó el año pasado por intentar estar en los Juegos Olímpicos de París, pero se topó de frente con el muro del maratón. Y no salió, no pudo ser. Pero ahora, con 35 años, ya está manos a la obra en busca de seguir mejorando como atleta. Y él no tiene ninguna duda de que su hijo le da fuerzas para entrenar duro.
Regresó el miércoles de Marruecos, donde ha estado entrenando durante tres semanas en altura y donde también ha aprovechado para estar con sus padres. Es un fondista que, en busca de los premios con los que se gana la vida en estos momentos, compite ahora prácticamente cada semana. El 29 de septiembre corrió en Berlín un maratón que tuvo que abandonar al no encontrarse bien físicamente; y solo una semana después, en Colonia, acabó segundo.
Llegará más descansado de lo habitual porque tras esos 42,195 kilómetros de Alemania decidió parar para entrenar, aunque el pasado fin de semana, en un viaje rápido, se plantó en Canarias para imponerse en una 10K en la que acabó en 30:03 (2:41 el último mil).
Hay que recordar que el año pasado ganó la Behobia, con récord, solo una semana después de proclamarse en India campeón mundial de 50 kilómetros. Y siete días después, ganó en Abu Dabi un medio maratón. «Tenía intención de correr a finales de octubre un maratón en China, pero se aplazó, así que esta vez llegaré un poco más fresco. Quiero disfrutar de esta carrera porque es preciosa», explica. «Aunque no haya premios económicos, me encanta».
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Ángel López | San Sebastián e Izania Ollo | San Sebastián
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez
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