Un 'simpa' al estilo runner

Pero lo que sí que hay es mucho corredor que, por no pagar lo que cuesta un dorsal, participa en diferentes carreras populares sin él. Y de esto, claro, no se libra la Behobia-San Sebastián. De hecho, es una de las que más lo padece. Y este año, teniendo en cuenta que los 27.000 dorsales volaron en cuestión de horas, el problema puede ser aún mayor. A aquellos que no quieren pagar lo que las organizaciones piden se suman todos los que, incluso dispuestos a hacerlo, no han conseguido inscribirse.

¿Un problema? Sí, así es. Al haber un número que nunca se puede saber de corredores sin dorsal, los organizadores no pueden hacer un cálculo correcto de los avituallamientos, tampoco de las medallas a entregar en meta... Y esto, claro, afecta sobre todo a los participantes que más despacio corren, a los últimos en llegar. Por cierto, correr sin dorsal (o con este fotocopiado) también significa que si al corredor pirata le pasa algo el seguro de la carrera no le cubrirá.

¿Es un atraco pagar 55 euros por disputar una carrera de veinte kilómetros? ¿Es caro? ¿Tendría que ser más barato? Cada uno tendrá su opinión. Y es libre para decir lo que piensa. Organizar una carrera también cuesta dinero. Y es lícito que se quiera obtener un beneficio. El que no quiera pagar, que no lo haga. Pero que tampoco corra. O que lo haga otro día, sin aprovecharse del trabajo de las organizaciones. Esto sí que es un 'simpa' al estilo runner.