El 31 de diciembre es una fecha marcada en el calendario de muchos corredores. Se podría decir que por cada localidad hay una San Silvestre en la que poder participar. Es un tanto exagerado, pero lo cierto es que en Gipuzkoa son más de treinta ... las carreras con las que se puede despedir el año. Eso sí, hay una especial: la San Silvestre de Beasain.
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Es la más antigua de todas las que hoy en día se disputan en el territorio y también la que mayor nivel atlético ha tenido y tiene. Este año cumple medio siglo, que se dice pronto. Nació en 1973 y sigue gozando de buena salud, gracias sobre todo al trabajo que hacen desde la sociedad Beti Bizi y desde su comisión cultural, en colaboración con el ayuntamiento. Para que se hagan una idea de la tradición atlética de esta prueba popular, sigue estando incluida en el calendario de la Real Federación Española de Atletismo –solamente hay cinco: la Vallecana, la Cursa dels Nassos de Barcelona, la de Galdakao, la de Crevillent y la de Beasain– y es más antigua que, por ejemplo, carreras de gran solera en el territorio como el maratón donostiarra.
Primera edición Fue el 31 de diciembre de 1973, impulsada por Paulino Velázquez, Josetxo Imaz y Javier Escalante.
47 ediciones hasta ahora La de la semana que viene será la edición número 48. Solamente en 1975, 2020 y 2021 se ha dejado de celebrar.
La más antigua No hay en Gipuzkoa una San Silvestre más antigua que la de Beasain. A nivel vasco, la de Galdakao nació antes, en 1961.
No es ni ha sido, ni mucho menos, la que más participantes reúne. «Este año –a las 12.00 horas– esperamos que corran unas 300 personas», afirma Fran Rodríguez, uno de los miembros que trabaja activamente para sacar adelante el conocido como Cross San Silvestre de Beasain. Apuntarse cuesta diez euros (www.kronoak.com) hasta el día 29.
En Donostia, por ejemplo, se espera que este año se apunten 5.000 corredores. Nada tiene que ver el volumen con ésta. Eso sí, quienes han vivido muy de cerca la San Silvestre de Beasain saben que es esta donde mejor ambiente ha habido históricamente. El pueblo siempre se ha volcado, para disfrute de los grandísimos atletas que han corrido esta prueba. «Yo me quedo con las participaciones de Diego García, de Martín Fiz, de Amaia Andrés...», continúa Rodríguez, consciente de que por la localidad guipuzcoana también han mostrado su calidad decenas de atletas africanos o primeros espadas nacionales como Antonio Serrano.
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«Son muchos los atletas de nivel que año tras año contactan con nosotros para interesarse por correr. Nosotros ahora tenemos claro que lo que les podemos ofrecer son los premios que hay y que son públicos. Hay recompensa económica para los quince primeros hombres y mujeres. 1.200 euros para los ganadores». Este año, coincidiendo con las bodas de oro, ya se sabe que correrá Chakib Lachgar, ganador de la Behobia. Seguro que no es el único gran fondista.
Tras la de Galdakao –nació en 1961 y este año celebra la edición número 53–, la de Beasain es la más antigua a nivel vasco. Desde sus orígenes en 1973, solamente en tres años no se ha celebrado (1975, 2020 y 2021). «La de 2023 es la edición número 48. Y nuestro reto es seguir trabajando para que se pueda disputar cada año. Lo más cercano es poder quitar del cartel todas las letras previas a la 'L'. Pronto llegaremos a las 50 ediciones y que siga», explica Rodríguez. «Nosotros estamos tratando de darle continuidad de la mejor manera posible al trabajo que mucha gente ha realizado por esta prueba».
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Fran Rodríguez
Sociedad Beti Bizi
Al hablar de la San Silvestre de Beasain es la figura de un hombre la que destaca por encima del resto. Paulino Velázquez, que continúa colaborando con la carrera y no se pierde un podio, fue el gran impulsor. De hecho, la edición de 1975 no se pudo desarrollar porque, poco antes, «Paulino sufrió un accidente laboral y, como él era quien llevaba el peso de la carrera, nadie se atrevió a organizarla».
A este atleta le acompañaron en esa gran idea de despedir el año corriendo Josetxo Imaz y Javier Escalante. Fue a partir de 1978 cuando la sociedad Beti Bizi cogió el mando de la prueba. «Durante muchos años, los premios se daban en la sociedad. Recuerdo cómo decenas de corredores venían a por el caldo con carne, chorizo, morcilla... tras la carrera. Les servía para calentarse porque los 31 de diciembre en Beasain solían ser fresquitos».
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Esta clásica del calendario de carreras sigue viva gracias al trabajo de muchos. «El día de la prueba somos unos 60 los que colaboramos». La prueba podrá seguirse en directo por 'streaming' este año y el recorrido será de 9,2 kilómetros. «Hay obras en la portería de CAF y los participantes tendrán que completar cuatro vueltas idénticas a un recorrido que seguro que les encanta». A disfrutar un año más.
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