Running club: el nuevo fenómeno

Iñigo Apalategui es quien se pone las zapatillas, se viste de corto y lidera el grupo que se reúne una vez por semana, normalmente los jueves, con salida y llegada de la actividad en la tienda Apalarun que la familia tiene en la calle Churruca. «Se trata de hacer comunidad, que la gente se sienta partícipe de algo», resume.

Él no lo dice pero de alguna forma se trata de ofrecer al cliente algo más en un momento en el que la venta on line gana terreno sobre el pequeño comercio. La familia Apalategui trata de conservar la fuerza que siempre ha tenido sumándose a una actividad que ya ha cogido impulso en grandes ciudades como New York, Londres o Milán. «El running es una excusa. Estas 'quedadas' permiten que gente con gustos similares se conozca en un entorno agradable. Nosotros simplemente actuamos de guías», cuenta Iñigo, el hijo del alma máter de Apalategui, el inquieto Félix.

Hace seis meses cuando arrancó este nuevo proyecto eran pocos los que se juntaban pero han crecido semana a semana hasta reunirse «no menos de treinta personas con picos de setenta». En este medio año han hecho deporte pero también han tenido tiempo unirse a la fiesta de las hamburguesas que se celebró en el estadio de Anoeta o para sumarse al pintxo pote.

Apalategui confiesa que la alianza con Easy runners y Trikaia, dos colectivos de nuestro territorio con el mismo espíritu, «ha ayudado a que el ambiente cada día sea mejor».

Cada semana corren «sin ninguna prisa» por los paseos de San Sebastián divididos en grupos en función del ritmo que quiera cada uno sin más pretensiones que hacer deporte de forma saludable. La duración es de una hora aproximadamente. Alguno correrá la Behobia, otros todavía no están preparados, pero todos se sienten partícipes de un mismo grupo.

En ocasiones, gracias a los tentáculos que Apalategui tiene en el mundo del deporte, estos atletas aficionados pueden probar material en alguna de las salidas. No hace mucho fue la firma New Balance la que puso a disposición su último modelo, la zapatilla Fresh Foam X 1080 v14, y la semana que viene será Asics la que llegará con todo su montaje. Al ser una semana especial por la disputa de la Behobia se organizará una salida extra para correr con las gentes de Ginger Club, la comunidad del running por excelencia, solo para mujeres. «Más allá de hacer grupo, este proyecto es también una buena oportunidad para que el deportista pueda probar material antes de comprar. Nosotros nos sentimos orgullosos de estar siempre incluidos en las rutas de las grandes marcas», confiesa Apalategui. Las 'quedadas' se completan en ocasiones con charlas de nutrición a cargo de profesionales o de preparación física en la misma tienda.

Grupo solo para mujeres

No muy lejos de la calle Churruca, en la esquina de la avenida de la Libertad con la calle Loiola, Olatz Peña y Leire Sainz comandan el grupo de Oysho. Ambas son atletas del Atlético, velocistas, y entrenadoras en las categorías inferiores de la Real Sociedad. «Empezamos de forma tímida y en apenas un mes rondamos las cien mujeres. Estamos encantadas. El objetivo es fomentar el deporte en la mujer, crear un espacio en el que se sientan cómodas y seguras, generándose una comunidad. Esas serían las tres patas», detalla con orgullo Peña.

La participación es libre. La cita es los martes a las 19 horas en la tienda Oysho y el entrenamiento tiene una duración de una hora. En la propia tienda hay posibilidad de dejar la mochila para cambiarse después del entrenamiento. «Los primeros días hemos ido corriendo hasta el Peine del Viento y ahora estamos variando algo el recorrido. El último martes entrenamos cuestas en la zona del Aquarium».

Son las propias participantes las que les reclaman a las entrenadoras que las «sesiones sean algo más que correr» así que «hemos empezado a hacer algo de técnica, cambios de ritmo, series...». En cualquier caso, Peña advierte de que los entrenamientos están dirigidos a mujeres que no han practicado nunca atletismo o que están dando sus primeros pasos. «Hay gente de todos los niveles. Hacemos rodajes divididos en grupos, con diferentes ritmos, para que todas se sientan integradas. Ninguna se queda sola». Peña se confiesa «sorprendida» con la grata respuesta que está teniendo la iniciativa y admite que «lo que más me reconforta es ver que repiten».

El éxito les está haciendo plantearse la posibilidad de hacer convocatorias también los sábados. Por de pronto, sin ser el objetivo principal, ya han participado en una prueba atlética, en la Salto 15k, en la que hubo mujeres que salieron en la carrera de 5 kilómetros y otras que optaron por hacer la carrera larga. En el horizonte, la Behobia para alguna de ellas. «Da gusto verles con una sonrisa. Más de una mujer nos dice que le daba pereza salir sola a correr y ahora está encantada de salir en grupo. Es lo que buscamos», proclama Peña.