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Luismi Cámara
Martes, 13 de mayo 2014, 12:42
Hace ya mucho tiempo que dejó de ser el hermano de Pau. Convertido desde hace unos años en uno de los mejores pívots de la NBA y en el líder espiritual de los Grizzlies y del otrora díscolo Zach Randolph, Marc Gasol cerró su temporada ... en la mejor liga del mundo hace apenas una semana y reconoce que ya tiene «mono de baloncesto». Recién aterrizado en España, cumplió con su tradicional visita en la sede central de Caser en Madrid y repasó la actualidad del baloncesto, mientras espera la llamada de Juan Antonio Orenga para incorporarse a esa «familia» que es La Roja y con la que aspira a ganar el oro en el Mundial en el que la selección ejercerá de anfitriona.
P. ¿Qué le parecen las declaraciones racistas del propietario de los Clippers, Donald Sterling?
R. No me lo quería creer hasta que le oí. Fue muy impactante escucharlo. No tenía ninguna razón ni parecía real. Sorprende que alguien que ha estado tantos años al frente de una franquicia pueda llegar a decir esto. Que algo así saliera por su boca me parece fuera de cualquier forma razonable de pensar.
P. ¿Considera correcta la actuación de la NBA?
R. La NBA y el comisionado Adam Silver han reaccionado lo más duramente que podían, como se esperaba. Los jugadores hemos hecho un gran trabajo juntos por lo que creemos que tiene que ser la NBA y también el mundo. No hay espacio ni tiempo para este tipo de cosas. Hay que tener tolerancia cero contra el racismo y evitar que estos sucesos crezcan. Tenemos que unirnos, no sólo como deportistas sino como personas. No se puede permitir ningún caso así. Hay que rechazarlo, apuntar a quien lo hace y apartarlo, porque no tiene cabida ni en el deporte ni en la sociedad.
PREGUNTA: Punto final a una campaña en la que sufrió una importante lesión. ¿Cómo llevó ese largo periodo parado?
RESPUESTA: Nunca me había lesionado de esta manera. Tengo que aprender de ella. Me hizo dar un paso al lado y ver el deporte de forma diferente. He sufrido más y he aprendido a tener paciencia y a ver al equipo desde fuera. Después, la rodillera que tuve que llevar era muy ortopédica, grande y molesta pero, al final, me adapté y me olvidé de ella al jugar.
P.: Y ahora, ya está esperando la llamada del seleccionador.
R.: Me declaro disponible. Vengo con ilusión y muchas ganas de trabajar, de coger la pelota otra vez, porque adoro el baloncesto. La competición es adictiva. Sólo una semana después de acabar la temporada anhelo volver a jugar.
P.: La Copa del Mundo se disputa en España, por lo que será un torneo particular.
R.: El Mundial en casa es muy especial. Todo el mundo se va a volcar y quiere el oro. Tendremos que canalizar esa fuerza desde el equipo, pero hay que disfrutar cada entrenamiento, cada comida, cada momento, cada partido.
P.: Ibaka o Mirotic, ¿con cuál se queda? ¿No cree que la normativa es injusta?
R.: Lo positivo de ser jugador es que no hay que preocuparse por tomar decisiones. Juan Antonio Orenga tiene que elegir por el que más interese al equipo. La normativa es la que es. Hay que convivir con ella y adaptarse, pero no debe servir para poner excusas.
P.: El Mundial se abre con una primera fase muy complicada, con Francia, Serbia, Brasil, Egipto e Irán como rivales.
R.: La veo aún lejos. Ahora mismo pienso sólo en la primera semana de entrenamientos, pero está claro que los equipos con los que nos vamos a encontrar nos tendrán ganas otra vez, como en el último Europeo. Es un bonito reto, en nuestra casa y ante nuestra gente.
P: Y, en el horizonte, el desafío de derrotar al Dream Team.
R.: Para ganar a Estados Unidos hay que avanzar poco a poco cada día. Estamos muy comprometidos con la selección y, aunque suene a tópico, desde el primer entrenamiento debemos pensar en trabajar. Todo tiene un proceso para llegar bien a ese ansiado y querido partido final. Sería un sueño.
P.: ¿Puede ser el último servicio de la generación del 80?
R.: No lo sé. Dependerá mucho de lo que les dicte el cuerpo. Ojalá se sientan bien, aguanten seis años más y podamos disfrutarlos.
P.: ¿Siguen encontrando acicates tras tantos triunfos?
R.: Mantendremos nuevas motivaciones si ganamos el Mundial. Si el oro fuera nuestro único incentivo nos hubiéramos retirado todos en 2006. Siempre que el cuerpo lo ha permitido hemos querido estar, porque apetece juntarse con estos jugadores y con el cuerpo técnico. Somos una familia, hay una gran armonía y es muy divertido formar parte de ello. Además, tenemos una gran generación de 14 ó 15 hombres con buenos pívots o con bases que dominan el baloncesto. Estamos en un momento de salud muy bueno porque no es normal tener un grupo de jugadores tan potente.
P.: Su hermano ha tenido un año muy complicado y los Lakers han completado una pésima fase regular pero, como agente libre, tiene la oportunidad de elegir su próximo equipo y ha comentado que no le importaría volver a Memphis. ¿Le gustaría jugar con él? ¿Lo ve como un futuro compañero en los Grizzlies?
R.: Pau ha vivido una situación muy parecida a la de temporadas anteriores, pero le he visto otra mentalidad. Ha jugado muy bien, más agresivo. Obviamente, es un ganador y como el equipo ha perdido tanto le ha afectado. Es mayorcito y va a decidir lo que sea mejor para él. Jugaremos juntos este verano si todo va bien, pero la próxima temporada no se sabe. Yo tengo a Zach Randolph, uno de los mejor compañeros. Jugamos bien y ganamos juntos. No sé cómo le sentaría a Pau salir del banquillo. No lo llevaría muy bien.
P.: ¿Qué le aconseja entonces a la hora de decidir su futuro?
R.: Tiene que hacer lo que le venga al gusto. Es el momento ideal para que dé el paso que quiera hacia donde se sienta más cómodo y motivado. Pau se merece tomar esta decisión tan personal sin que nadie le diga qué hacer. Nunca había tenido la suerte de ser agente libre, y ahora puede dejarse enamorar por alguna franquicia que le diga que es muy guapo y muy bueno. Porque lo es. Que disfrute de un proceso que es muy bonito. Yo lo viví de forma parecida cuando fui agente libre restringido y apetece vivirlo.
P.: Memphis es una de las franquicias más compactas, sólidas y rocosas de la NBA, pero ¿qué le falta para dar ese paso adelante que le permita optar definitivamente al título?
R.: Debemos mejorar, sobre todo en los playoffs, algunos detalles que no salen en las estadísticas, como ser más disciplinados en los momentos decisivos o tener una mayor cohesión defensiva que nos permita correr y lograr puntos fáciles. Lo sencillo sería decir que necesitamos un jugador que tire y penetre, pero no es eso.
Somos fuertes en defensa y cuando ésta falla sufrimos. Cuando no funciona nos bloqueamos, no atacamos bien y los sistemas no salen. Son pequeños detalles. Mi objetivo es que los Grizzlies sigan mejorando, porque tengo la suerte de disputar muchos minutos y tener influencia en el juego. Si no funciona el equipo resulta muy frustrante para mí porque me siento muy responsable.
P.: ¿No preferiría jugar en la menos exigente Conferencia Este?
R.: Yo disfruto mucho en el Oeste porque cada choque sabes que va a ser una pelea difícil. Hay once o doce franquicias que tienen la intención de ganar. En el Este hay más equipos pensando en la siguiente temporada o en el draft. No deja de ser legítimo, pero me es más fácil jugar en el Oeste.
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