![Drazen Petrovic habría cumplido ayer 55 años y es recordado todavía su paso por Donostia en un Askatuak-Cibona](https://s3.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/201910/23/media/cortadas/49460894-kcx-U90480798602QrG-624x385@Diario%20Vasco.jpg)
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Drazen Petrovic habría cumplido ayer 55 años. Su corazón dejó de latir en una carretera de Alemania cuando un camión que perdió el control se cruzó en el camino del genio de Sibenik. Fue un 7 de junio de 1993. Iba dormido, conducía su ... novia. Sus compañeros de selección volaban miles de metros por encima de su cabeza rumbo a Zagreb. Drazen no cogió ese avión. Prefirió ir en coche. Un viaje fatal. Irreparable para el mundo del baloncesto que aún llora su pérdida. Y eso que ha pasado más de un cuarto de siglo.
Seis años antes, el 19 de marzo de 1987, Petrovic pisó la cancha del polideportivo Anoeta, hoy conocido como Josean Gasca. La enorme labor de Iñaki Almandoz, presidente del Askatuak, propició que el campeón de Europa, con su gran estrella al frente, jugara el Memorial José Antonio Gasca. La entrada para ver a Petrovic, Cutura, Cvjeticanin o Nakic costó 1.400 pesetas. El resultado (103-128, con 24 puntos de Drazen) dio igual. Lo impresionante fue poder ver de cerca la majestuosidad de un genio. Un talento incomparable sobre una cancha de baloncesto.
55 años. Habría cumplido ayer. Falleció en un accidente de tráfico en Alemania en 1993.
Odiado por el madridismo tras sus épicos enfrentamientos con la Cibona. Después lo fichó.
19 de marzo de 1987 Jugó con la Cibona ante el Askatuak en el Memorial Josean Gasca.
Con Petrovic se fue un genio. Alguien que cambió el baloncesto. Llegó con el Sibenka Sibenik a la final de la Copa Korac. Después llevó a lo más alto a la Cibona de Zagreb (Copa de Europa del 85). Sus duelos con el Madrid eran épicos. Se decía que gritaba «Hala Madrid, hala Madrid» cuando Juan Antonio Corbalán subía el balón. Se convirtió en el ídolo del antimadridismo y en villano para la casa blanca. Sus celebraciones tras canasta con el puño en alto irritaban a todos los que asistían al Palacio de los Deportes.
Después lo fichó el Madrid. El cuadro blanco se adelantó a la frase que mencionó años después Josep Lluis Nuñez, presidente del Barcelona, cuando firmó a Bozidar Maljkovic tras sus tres Copas de Europa con la Jugoplastika: «Si no puedes con tu rival, fíchalo». Y eso hizo Ramón Mendoza. Llegaron los 62 puntos en la final contra el Snaidero de Caserta, los duelos contra el Barça, el escupitajo a un árbitro... Y además todos los éxitos de la selección yugoslava, que formó un equipo irrepetible. El 'dream team' europeo de todos los tiempos.
El croata decidió cruzar el charco y firmar por la NBA. No triunfó en Portland y forzó el traspaso a New Jersey Nets. Y eclosión. Fue el primer jugador europeo no formado en universidad estadounidense que compitió de tu a tú con toda la pléyade de estrellas de la NBA. Petrovic firmó 12 puntos de media en su primer año, 20 el segundo y 22 el tercero. Su llama se apagó después de la plata en Barcelona 92' con la selección croata, que no pudo plantar cara al Dream Team de Jordan, Magic, Bird y compañía.
Se decía que en edad escolar, Petrovic iba botando el balón desde su casa y que le daba tiempo a tirar 500 triples antes de entrar a clase. El genio de Sibenik estaba llamado para ser un Dios del baloncesto. 1,97 de estatura, una ética de trabajo espartana, una dedicación absoluta a la canasta y un físico eslavo perfecto.
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