![Luka vuela hacia la historia](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202008/24/media/cortadas/doncic3-krpF-U1209116701lzG-1248x770@Diario%20Vasco.jpg)
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Los Dallas Mavericks un punto abajo y el reloj marca 3,7 segundos para finalizar la prórroga en el cuarto partido de la serie ante Los Angeles Clippers. Tras un baile de bloqueos Luka Doncic recibe la bola abierto y se empareja con el base Reggie Jackson. El esloveno progresa por la izquierda, para en seco con un bote entre las piernas y amenaza con penetrar con otro bote por la derecha que hace retroceder a Jackson. Luka se detiene, su par trata de recuperar, pero un paso atrás y una suspensión majestuosa desde más allá de los ocho metros hacen imposible el esfuerzo del defensor. El balón vuela, Jackson se extiende al máximo para puntearle y el silencio se adueña de la 'Burbuja de Disney' mientras va cayendo y telespectadores de todo el mundo se van elevando de sus asientos al compás. Dentro (135-133). El banquillo por la izquierda y sus compañeros en pista por la derecha se abalanzan sobre un eufórico Doncic que acaba de firmar una actuación histórica con final épico que se revisará millones de veces por los amantes del baloncesto.
No era una noche fácil para el genio esloveno. Sus Mavs venían perdiendo la serie 2-1, sin una pieza fundamental como Porzingis por dolores en su rodilla y con un tobillo más que tocado por una torcedura que entre médicos y 'fisios' trataron al máximo para que pudiese jugar. Ante ellos una maquinaria favorita al anillo. Los Clippers desarbolaron a los Mavs en los primeros 15 minutos hasta someterles por 21 puntos. Parecía que se avecinaba un paseo militar. Sin embargo, Doncic no se rindió. Bien secundado por Trey Burke, comenzó una remontada cimentada en acciones individuales. Se animó la defensa tejana y aprovechó el aletargamiento angelino.
Las cuentas pendientes de Doncic con Montrezl Harrell habían quedado enterradas. El insulto racista del 'clipper' en el anterior encuentro se olvidó tras una disculpa, estrechar su mano y un abrazo posterior. «A veces dices cosas que no quieres decir», zanjaba Luka. Aún así, las corrientes de opinión que ven a Luka como un jugador sobrevalorado por su color de piel seguían latentes en las redes sociales. El 77 de los Mavs se encargó de evaporarlas con una actuación legendaria. Además de encender la llama de su equipo, en el tercer cuarto el vendaval de Dallas se hizo incontenible y en el último cuarto dominaban aún con cortas ventajas. El trabajo era heroico. La profundidad del banquillo de los Clippers hacía pensar que el sueño podía interrumpirse antes de tiempo. Lou Williams primero, que acabó con 36 puntos y más tarde Kawhi Leonard (32p), para remontar con aclarados y canastas decisivas solo al alcance de estrellas con 'pedigree' de campeón. El último MVP de las finales forzó la prórroga.
En el último acto de la epopeya, Dallas se aferró a su sueño. Se adueñó de su destino en cinco minutos en los que alegría y agonía se alternaban en cada canasta. Un Doncic renqueante tuvo la sangre fría para resolver con penetraciones y reversos tras bote, con una serie de recursos técnicos apabullantes. Sus fundamentos, sumados a una lectura de juego sublime, le convirtieron en el mejor jugador del mundo oficioso. Jugando cojo. La resolución del thriller pasará a la historia. Antes de la última posesión los Mavs habían recibido un mazazo, con triple de Marcus Morris. Luka lo remontó y firmó un triple-doble (43p/17r/13a) solo equiparable a actuaciones de Oscar Robertson o Charles Barkley en playoffs. O si lo prefieren, a Michael Jordan en una actuación de playoff de más de 40 puntos con una canasta ganadora sobre la bocina. Empató la serie (2-2) que sigue el próximo jueves por la madrugada (3.00h).
En la rueda de prensa posterior, su coach Rick Carlisle lo calificaba como un chico con «un instinto para lo dramático» que «vive para esos momentos». A pesar de sus 21 años, las lecciones de Doncic no acabaron en el tiempo reglamentario. En la cúspide de su aún corta carrera en la NBA, bajo los focos de la 'Burbuja' de Disney, preguntado por su tobillo, recordó a esos componentes de la franquicia anónimos gracias a cuyos tratamientos pudo jugar. Se acaban los calificativos. Un veinteañero que domina las pistas en la NBA y un señor que da ejemplo fuera de ellas.
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