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De no creer el partido que ha perdido este miércoles el IDK Euskotren. La cercanía de La Seu de Urgell con Lourdes habrá tenido ... que ver mucho para que se obrara el milagro, aunque siendo sinceros y duele escribirlo, fue el propio conjunto guipuzcoano quien tiró el partido. En el momento menos esperado, en el punto más difícil de imaginar, el cuadro de Muguruza lanzó por la borda una victoria que estaba empaquetada en el autocar de vuelta. La reflexión debe ser profunda, aunque habrá que dejarla para la postemporada porque noches como la de ayer hacen muchísimo daño. La falta de confianza en un grupo que debería pelear por el playoff es brutal y de aquí hasta el final habrá que intentar meter a dos equipos por debajo.
La permanencia se tocó con la yema de los dedos, más con la derrota del Araski, pero unos diez últimos minutos para olvidar convirtieron el sueño en pesadilla. Una película entretenida de ver, con muchas risas, pasó a ser una de terror. De dar mucho miedo.
Cadí la Seu
Aguilar (18), Soler (11), Raventós (7), Ridard (11) y Murakatete (5) -quinteto inicial- Palma (6), Gervasini (), Lacorzana (2), Mandic (0), Coulibaly (7), Mata (2) y Bogicevic (0)T3:5/18 T2:22/43 T1:10/18 REB:33ASIS:15 PERD:14 ROB:7 FAL:23 VAL:68
69
-
65
IDK Euskotren
González (5), Buch (4), Eraunzetamurgil (0), Massey (9) y Bulgak (16) -quinteto inicial - Cornelius (6), Prieto (0), Mbulito (7), Claessens (6), Pendande (14) y Halvarsson (0)T3:9/28 T2:13/33 T1:12/23 REB:31ASIS:16 PERD:11 ROB:8 FAL:21 VAL:62
Parciales: 12-12, 25-35 (descanso) 49-61 y 69-65 (final)
Los datos del último periodo, donde el IDK entró ganando 49-61, son demoledores y lo dicen todo. A esto hay que añadir que dos minutos antes, el cuadro guipuzcoano vencía 39-57. Nadie en su sano juicio hubiera pensado que el partido lo iba a perder por cuatro puntos el cuadro de Ibaeta. El IDK solo metió una canasta en el cuarto final, obra de Bulgak. Gastó doce tiros, de los que cuatro fueron desde más allá del arco, y solo metió uno. Aunque lo peor llegó desde la línea del 4,60. El cuadro donostiarra tuvo a su disposición doce tiros libres en el último cuarto y solo metió dos. Números inexplicables en un equipo que se estaba jugando tanto y que tenía la victoria en el bolsillo. Solo se puede explicar por la falta de confianza y que el miedo a perder invadió las muñecas y la mente de todas las jugadoras.
De nada sirvieron 28 minutos de buen baloncesto, aunque el inicio fue titubeante. La salida de Pendande dio las primeras ventajas y el acierto de tres puntos ante la defensa en zona del Cadí invitaba a pensar que iba a ser una grata velada a los pies de los Pirineos.
Sin embargo, fue como si el IDK se metiera en el canal de aguas bravas en el que entrena Maialen Chorraut. Pero sin canoa. Del 49-61 se pasó al 56-61 a falta de 5:44. Llegó la canasta de Bulgak y un tiro libre de Lara para coger aire. Mbulito falló cuatro tiros libres seguidos y metió el quinto, 60-65 a 1:15 del final. Después falló otros dos Bulgak y el Cadí se puso a un punto faltando 48 segundos. El IDK perdió la bola y además concedió canasta más adicional, 67-65 a 14 segundos. Hicieron falta a Buch, falló el primer tiro buscó el rebote en el segundo, Pendande lo cogió, no lo pudo levantar y el drama invadió al IDK que tuvo que hacer falta. Aguilar no falló y la pesadilla se hizo real.
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