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El Super Amara Bera Bera ha conquistado la Copa de la Reina. El conjunto donostiarra ha demostrado ser el mejor equipo del torneo que desde el viernes se ha disputado en Donostia. Alba Menéndez ha levantado un trofeo que ha enloquecido a los 4.238 aficionados que han disfrutado con un equipo que durante tres días les ha permitido soñar.
Es la octava Copa en la historia del club donostiarra, la segunda consecutiva después de haber levantado hace un año el título en el Martín Carpena de Málaga. Sin embargo, haberla conseguido en casa lo ha hecho aún más especial.
Después de tres partidos dominados por las azules, el equipo ha hecho los deberes este domingo en la primera mitad. Aunque arrancó con pequeñas imprecisiones, poco duró el momento de duda en el conjunto donostiarra, que enseguida se puso a trabajar. Ajustaron la defensa y Lyndie Tchaptchet se encargó de adelantar a las azules en el luminoso, 3-2. Poco a poco a través de los cambios de Imanol Álvarez el partido fue aumentando en intensidad, y con una defensa algo plana de las vallisoletanas, Gavilán, Arrojeria y Boada encontraron los espacios para sentenciar. Fue la central de Usurbil la que culminó un colchón de cuatro goles de renta que permitió a Illunbe empezar a disfrutar, 8-4.
Cuando el Bera Bera empezaba a desplegar sus alas, pasado el ecuador de la primera mitad, Aula se metió en el partido, y Amaia González de Garibay desde el extremo izquierdo haciendo mucho daño, igualó el partido, 9-9. Respondieron las de Bidebieta pero María O'Mullony aprovechó un ataque erróneo del Bera Bera y volvió a poner el marcador en tablas, muy rápida a la contra superó a Aalla en el mano a mano para poner el 12-12.
Se supieron reponer. Álvarez paró el cronómetro para reordenar ideas. Una pausa que sirvió para recargar alternativas. Malena Cavo y dos dianas de una imparable Anne Erauskin recuperaron la ventaja de tres, 15-12. Con una defensa presionante, consiguieron asfixiar a las atacantes pucelanas, con penetraciones selectivas y una circulación rápida del balón. A falta de tres minutos para el descanso un robo de balón importantísimo llegó a las manos de Erauskin que no falló y recuperó la máxima diferencia de cuatro goles, 18-14. Miguel Ángel Peñas trató de parar el arreón del Bera Bera y paró el tiempo.
Jugada a jugada, gol a gol, como el último que marcó Cavo para poner el 20-15 antes del descanso, el conjunto donostiarra se fue acercando al objetivo. Pintaban muy bien las cosas para las locales al término de la primera mitad, con las sensaciones y el marcador a su favor, pero quedaba aún partido por jugar.
Tras el paso por vestuarios se acabó de desatar la fiesta en Illunbe, merced a un Bera Bera imparable que fue ampliando la renta. La fiesta que solo fue a más. En el ecuador de la segunda mitad la diferencia era de diez goles, pero las de Álvarez querían mas. A las vallisoletanas se les hizo muy larga la segunda mitad. Cada vez más erráticas ante la impotencia de jugar frente a un equipazo como el Bera Bera que volvió a brillar.
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Con semejante colchón de Dj seguía poniendo música para animar, pero el público deseaba que llegará el pitido final para empezar a celebrar. La Marcha de San Sebastián fue el epílogo ideal para una fina que se llevó el Super Amara Bera Bera sin contestación. La octava Copa, la más especial por ganar en casa, ya está en las vitrina del club.
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