Bera Bera se deja un punto después de hacer lo más difícil

Había empatado Erausquin desde el extremo para poner el 21-21 a poco más de dos minutos para la conclusión y Karsten había dado la ventaja mínima al Bera Bera con su octavo gol del partido (21-22, en el 38:40). El trabajo coral atrás liderado por Menéndez y Tchaptchet, con la ayuda puntual de Gavilán, había surtido efecto en un partido en el que el marcador se movió a cuentagotas y en el que las defensas tuvieron más protagonismo que los ataques. También la decisión de Imanol Álvarez de jugar con siete, sin portera, cuando el partido no tenía dueño, había ayudado.

El Bera Bera iba a romper su mala racha lejos del Gasca –cerró el 2023 con dos empates en las pistas de Aula Valladolid y Granollers y arrancó el nuevo año con derrotas ante el Sola noruego (39-32), en la Copa EHF, y frente al Mecalia Atlético Guardés (31-28) en la liga– y el Porriño iba a perder su segundo partido de la temporada como local tras caer ante el Elche, pero no se sabe cómo el balón acabó en manos de las jugadoras del Porriño tras una mala combinación del Bera Bera en el centro de la pista.

Ahí el partido estaba ganado. Solo era cuestión de dejar correr el reloj tratando de no caer en los errores que quería provocar la presión en toda la pista a la desesperada del Porriño. Nada. Boada abrió a Malena Cavo cuando restaban veintidós segundos y Samartin metió las manos para darle una bola extra a su equipo.

Restaban veinte segundos. Karsten, la máxima goleadora este sábado del Super Amara con ocho tantos, frenó con falta la acción rápida del Porriño para quitarle diez segundos al reloj. El Bera Bera había tenido tiempo para replegarse. Parecía imposible que ese mismo equipo que había levantado una muralla atrás en los últimos diez minutos de partido desde que Maitane Etxeberria puso al Bera Bera por delante tuviera una grieta.

Pero la argamasa falló. Donde antes había sido imposible penetrar, el Porriño ganó un puntazo. Acabó encontrando el camino al gol que se le había atragantado con un lanzamiento desde los ocho metros de Buforn. Empate a veintidós y gestos de incredulidad en las filas del Bera Bera por no saber cómo se había escapado ese punto.

Dio igual la experiencia que hay en el vestuario del Bera Bera para manejar y cerrar partidos igualados como el de este sábado. Voló el punto y voló la posibilidad de liderar la tabla con el Elche y el Málaga. Duele porque el partido estaba ganado y solo un equipo lo podía dejar escapar. Hoy ya nadie se acuerda de que este mismo Bera Bera le dio un meneo hace una semana al líder Málaga, a ese mismo equipo que comanda la clasificación y al que costará quitarle esa plaza si se echan por la borda partidos como el de este sábado, en el que sin bordar el juego de ataque, el Bera Bera se agarró a la pista para tener una opción.