25 millones de coronas salvan al Vipers

El 32-23 que reflejó el marcador del Aquarama Arena en Kristansand, Noruega, lejos de ser un motivo de alegría, fue durante horas el último eslabón al que agarrarse y hubiera sido un resultado histórico. El campeonísimo Vipers, triple ganador de la Copa de Europa de manera consecutiva en 2021, 2022 y 2023 acababa de derrotar, precisamente en esa competición, al Buducnost. Sin embargo, un profundo pesar invadió a todos los seguidores del equipo escandinavo. El club se había declarado en bancarrota y necesitaba 25 millones de coronas noruegas, unos 2,1 millones de euros al cambio, para su subsistencia. Y en apenas veinte horas, el milagro se produjo en el país de las auroras boreales.

Entre el domingo y lunes, les apareció Santa Klaus en su trineo tirado por renos noruegos. Un grupo inversor local, formado por varias firmas que siguen a este equipo plagado de estrellas y donde milita la exlateral del Super Amara Bera Bera Paula Arcos, pudo conseguir el dinero y salvar el partido más complicado que el Vipers tenía en sus 86 años de historia.

«Les dije el lunes con lágrimas en los ojos que el Vipers había jugado su último partido, pero antes de ir a la tumba el club ha resucitado. Hay una base para que el club siga funcionando», declaró el presidente del club con base en Krinstansand, al sur del país escandinavo. Por suerte para el club, jugadoras, staff y seguidores, el equipo volverá a pisar el parqué el miércoles que viene, en un partido de la liga noruega ante el Follo. «Lo estamos viviendo con agobio e incertidumbre, porque nuestras vidas dependían de lo que ocurriera con el club», indica Paula Arcos, quien se encuentra actualmente lesionada y que pasó directamente de estar a las órdenes de Imanol Álvarez en Bera Bera, al tricampeón de Europa. Y es que el Vipers es un conjunto plagado de estrellas. Además de Arcos están en el equipo noruego jugadoras de la talla de la sueca Jamina Roberts, la neerlandesa Lois Abbingh o las noruegas Katrine Lunde y Silje Solberg.

Afortunadamente las cosas han cambiado en este conjunto que pasó casi en 24 horas de dar la carta de libertad a sus jugadoras, a empezar a preparar sus siguientes compromisos. Obviamente un equipo de tal nivel para declararse en bancarrota ha hecho muchas cosas mal y el presidente de la entidad, Peter Gitmark, anunció una reunión extraordinaria para la próxima semana en la que «los socios elegirán una nueva junta directiva para dirigir el club. Es una buena solución».

Las jugadoras continuarán en sus casas, Paula Arcos se restablecerá de sus problemas físicos y volverá a enfundarse la camiseta del Vipers y el próximo 10 de noviembre, coincidiendo con la Behobia y con el compromiso europeo del Bera Bera contra el Lublin polaco, el equipo noruego se enfrentará al Ludwigsburg.

Volverá la normalidad y los seguidores y aficionados locales del Vipers Kristansand regresarán al pabellón para animar a sus jugadoras. Siendo ellos los héroes porque han salvado al club de su desaparición. El aplauso tendrá que ser esta vez desde la pista a la grada.