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Lydia Blanco llegó al Bera Bera en octubre de 2023. La santanderina aterrizó en Donostia con la temporada empezada para ayudar al equipo tras la lesión de Melinda Marie Louis. Vivió un año histórico con la consecución del triplete. En verano fichó por el ... Grafometal La Rioja, al que visita el Bera Bera mañana (20.00 horas) para cerrar la primera vuelta de la liga regular.
– ¿Cómo está siendo su primera temporada en el Grafometal La Rioja?
– Estoy bien, tranquila. Está siendo una temporada muy diferente a la anterior. No tiene nada que ver. Es un equipo recién ascendido y, aunque llevamos más puntos de los que esperábamos a estas alturas, tenemos los pies en la tierra. Solo hemos completado la primera vuelta y lo que estoy viviendo aquí no tiene nada que ver con el año pasado.
– Son décimas, con cuatro equipos por detrás en la clasificación.
– Sabemos dónde está nuestro lugar, sabemos que no está arriba. Tenemos objetivos a largo plazo, pero llegar a esos objetivos requiere ir poco a poco. A corto plazo, el primero es obviamente la permanencia. No puede ser de otra forma al tratarse de un equipo recién ascendido, con muchos fichajes y numerosos cambios. Miramos hacia delante y queremos librarnos como sea de pelear por descender. No vamos a dejar de intentar entrar en el playoff, pero con los pies en el suelo. Somos realistas.
– ¿Cómo afrontan la visita del Bera Bera?
– Lo vivimos con un poco de miedo porque es un equipo que impresiona. Bera Bera llega en una inercia muy buena. Las jugadoras que tiene son increíbles. Es muy complicado lograr lo que están haciendo cuando entre partido y partido dispones de solo dos días para entrenarte, con la carga física que supone la liga más Europa.
– El Super Amara Bera Bera tiene un calendario muy apretado. ¿Puede ser un buen momento para cruzarse con ellas?
– No sé si eso es positivo o negativo. Nuestro objetivo es competir. Siempre digo que hay que dar el máximo, el cien por cien, y sentirte orgullosa de lo que has hecho en la pista sea quien sea el rival. Así que tampoco nos planteamos si puede ser bueno o malo el ajetreo de partidos que llevan.
– ¿Le preguntan sus compañeras sobre cómo frenar a las de Bidebieta?
– Alguna pregunta sí surge; el problema es que no siempre tengo respuesta. Ni yo sé cómo frenar al Bera Bera. Ojalá lo supiera. Pero jugamos en la misma liga y puede haber sorpresas. Es un equipo muy completo con una táctica y técnica increíble. No sabemos cómo se les para, habrá que intentarlo. Es un partido especial para mí, tengo ganas de verlas.
– ¿Cuál es su mejor recuerdo del paso por el Bera Bera?
– La Copa de la Reina. Fue increíble vivirla en Illunbe. Creo que es el mejor recuerdo que guardo. Haberla conseguido, y sobre todo con nuestra gente, fue impresionante. Lo que viví allí con el triplete fue increíble.
– Llegan a este partido tras un buen triunfo ante el Beti Onak.
– Sí. Fue muy complicado, sobre todo mentalmente, ya que ese pabellón te come por completo. La grada aprieta muchísimo y nosotras veníamos de una derrota dura contra el Granollers, una masacre. Llegamos con las ideas claras, mentalizadas de que hay veces en que las cosas no salen bien pero no tiene por qué ser siempre así. Confiábamos en poder ganar pese a que ellas solamente habían perdido dos partidos en casa.
– ¿Cómo gestiona vivir en tres ciudades en menos de un año?
– Es algo que no entraba en mis planes. No me esperaba para nada esto, pero las cosas se han dado así y he pisado tres ciudades distintas en menos de un año. No me gusta hacer las maletas, pero no ha quedado otra que tenerlas preparadas. Yo había renovado en Valladolid cuando me llamó el Bera Bera. Pensaba en terminar esa temporada allí, estaba súper a gusto. Pero se presentó esa oportunidad y no pude negarme. Llegué a San Sebastián a un equipo que estaba rodado y fue complicado mentalmente para mí.
– Subrayaba antes la tranquilidad que tiene ahora.
– Fue complicado llegar a un equipo al lado de gente talentosa. Cuando echo la vista atrás, tengo la sensación de que me hice de menos sin querer. Estás rodeada de gente tan buena que crees que no vales tanto. La inseguridad te come. Quizás dudé de si ese era mi sitio, si merecía estar ahí. Por eso, necesitaba tranquilidad y coger confianza otra vez. Es lo que estoy haciendo.
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