Faílde se disfraza de héroe y evita la derrota del Bidasoa-Irun en el regreso de Jacobo Cuétara a Artaleku

Los prolegómenos del encuentro estuvieron marcados por la presencia de Jacobo Cuétara, que recibió una enorme ovación con el pabellón puesto en pie cuando su nombre sonó por la megafonía. El de Ribadesella devolvió el cariño de Irun con un aplauso sentido.

A partir de ahí se desataron las hostilidades porque los dos puntos valían oro. El Bidasoa-Irun, con problemas con sus zurdos -Rodrigo Salinas fue baja y Julen Mujika no estaba en las mejores condiciones-, fue casi siempre a remolque de un Torrelavega que se pareció muy poquito al equipo que había sido goleado en casa el miércoles por Logroño, encajando 27 goles en la segunda mitad. Los cántabros hicieron de la defensa su mejor virtud y los irundarras sufrieron en cada ataque (3-5, m. 13).

Álex Rubiño dio la máxima renta a los visitantes con el 4-7 pero el Bidasoa-Irun reaccionó y de la mano de Asier Nieto lograron ponerse por delante (9-8, m. 22). Su hermano Gorka llegó a poner el 12-10, pero un parcial final de 0-3, con un gol sobre la bocina de Isidoro Martínez tras precipitarse en la acción anterior Julen Mujika, mandó al Torrelavega a vestuarios con ventaja (12-13).

En la segunda parte la tónica fue la misma. Los de Cuétara cogieron una pequeña renta de dos goles (14-16, m. 38) que fueron manteniendo con el paso de los minutos hasta que dos goles de Asier Nieto y Pacheco y una buena parada de Faílde, a quien volvió a recurrir Álex Mozas para la portería como ya hiciera ante el Villa de Aranda, pusieron las tablas (21-21, m. 47).

Pero Torrelavega no se dejó amedrentar por el ardor de Artaleku y volvió a poner tierra de por medio (22-24, m. 52). Momento delicado que el Bidasoa-Irun supo gestionar con madurez. Marcó Gorka Nieto, Faílde detuvo un siete metros y Tao Gey puso el 24-24 con menos de tres minutos por jugarse. Un robo de Jevtic propició un contragolpe que culminó el extremo de Iparralde a poco más de dos minutos para la conclusión (25-24).

Cuétara pidió tiempo muerto y del mismo salió el equipo cántabro decidido a dejar que no se le escapara el partido. Javi Muñoz marcó desde los siete metros y el Bidasoa-Irun afrontó su último ataque. Asier Nieto se la jugó, pero cometió falta en ataque, dejando la última posesión a Torrelavega, que se la jugó en los últimos tres segundos con Liñares, cuyo lanzamiento tras chocar con Matheus da Silva detuvo Faílde. No fue el final. Los colegiados señalaron siete metros con el reloj a cero y Faílde agigantó su figura para dejar un punto y el goleveraje en Artaleku. Queda mucha tela por cortar.