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Jacobo Cuétara regresa mañana a Artaleku a los mandos del Torrelavega tras su abrupta salida del Bidasoa. En sus ocho años en Irun se ... ganó el respeto del exigente aficionado bidasotarra, pero sobre todo su cariño y reconocimiento, expresado en cada uno de los últimos partidos que dirigió al equipo en casa. El de Ribadesella, cuyos dos hijos nacieron en Irun, donde conserva casa, no lo olvida y sabe que mañana sentirá un pellizco en el corazón cuando salte a la pista. Una parte importante de él está teñida de amarillo y azul.
– Pensaba comenzar esta entrevista de otra manera, pero tras la sorprendente derrota que sufrieron el miércoles ante Logroño (28-41) no cabe otra que preguntarle ¿qué le pasó a Torrelavega?
– Bueno, pues difícil de saber o de explicar. La verdad es que no nos salió nada. Fue nuestro peor partido, lo que unido a la mejor versión de Logroño hizo que lógicamente hicieran sangre. No sabría explicar las causas. Son partidos en los que no te sale nada, en los que te vienes abajo y el otro equipo, por el contrario, se crece.
– Vamos entonces al grano. El de mañana será su primer partido en Artaleku desde su salida del club. ¿Qué se le pasa por la cabeza estos días?
– Llevo toda la semana recibiendo muchos mensajes de gente y no voy a tener tiempo para ver a todo el mundo. Para mí es muy especial volver a la que fue mi casa. Lógicamente está el plano deportivo, pero en el personal va a ser muy emotivo volver y ver a tanta gente a la que tengo tanto aprecio.
– ¿Había vuelto a Irun con anterioridad?
– Sí, sí, sí. En uno de los parones estuvimos pasando varios días mi mujer y yo y la verdad que estuvo muy bien. No tuvimos tiempo para quedar con todo el mundo, pero me sorprendió que toda la gente con la que me fui encontrando, y con la que no había hablado, sabía que iba a Irun esos días. Fue muy chulo.
– Imagino que saber que ha dejado huella reconforta, ¿no?
– Sí, sobrepasar el plano profesional y llegar a lo personal es muy difícil y lógicamente es algo muy bonito. Recibí el aprecio de muchísima gente durante toda la temporada pasada y ver que todavía siguen ahí, que todavía te siguen teniendo aprecio, estima y demás, reconforta.
– ¿Es nostálgico?
– Sí, siempre hay que recordar los buenos tiempos, ¿no? Y en mi caso fueron ocho años maravillosos. Fue una etapa de nuestra vida, no solo mía, sino familiar, excelente. Me va a quedar para siempre un recuerdo espectacular de mi paso por Irun.
– ¿Qué echa de menos de Irun?
– Un poco todo. No hay algo concreto. Ahí nacieron mis dos hijos y ahí tenemos nuestra casa. Y luego el aprecio y el cariño de la gente. Aún recuerdo lo bonito que fueron todas las despedidas. Es esa nostalgia de una vivencia que fue muy potente, un intervalo de tiempo que he vivido al máximo y que va a quedar en el recuerdo.
– ¿Cómo se imagina el momento en el que suene por megafonía su nombre?
– Pues emotivo porque lo percibo como una especie de saludo a toda la afición de Irun. Muy emocionante por ver tantas caras conocidas y por volver a estar pisando Artaleku. Luego empezará el partido y seremos enemigos.
– Han pasado ya unos meses, ¿cómo recuerda el momento en el que le comunican que no va a seguir en el club?
– Lo recuerdo como un momento duro, duro a nivel personal y familiar. Pero también recuerdo la otra parte, la parte de reconstrucción de ese momento a nivel familiar, de intentar darle la vuelta lo antes posible y de buscar soluciones. También es importante a nivel personal y familiar no hundirte con esas decisiones y mirar hacia adelante. Y eso fue importante porque conseguimos dar ese paso. Y luego me quiero acordar también de todo el aprecio y el cariño de la gente durante esos últimos meses. Eso no tiene nombre y lo voy a llevar en el corazón para siempre.
– Nadie vio venir el final de su etapa en el Bidasoa. Independientemente de las relaciones entre las personas, había un trabajo y unos resultados que eran incuestionables...
– Bueno, a nosotros nos toca aceptarlo y mirar hacia adelante. Lógicamente hay que pasar el luto de la pena, pero rápidamente hay que mirar hacia adelante. En cualquier caso siempre pesa mucho más lo positivo que lo negativo.
– ¿Los motivos de su salida fueron únicamente deportivos o hubo algo personal?
– Bueno… Creo que ya ha pasado tanto tiempo... Además no es una pregunta para mí, creo.
– ¿Cómo vive esas últimas semanas en las que Artaleku corea su nombre en cada partido sabiendo lo duro que fue para usted y su familia tener que irse de Irun?
– Con mucha emoción pero también con la satisfacción y el orgullo de ver que se valoraba mi trabajo y que también se valoraba mi persona. Como decía antes, al final no es fácil conseguir calar entre la gente.
– Hábleme del Torrelavega...
– Aquí con anterioridad tanto Álex Mozas como Diego Soto habían hecho buen trabajo. Diego puso los cimientos, Alex los fue mejorando y ahora me toca a mí.
– Las comparaciones entre usted y Mozas resultan inevitables...
– No me importan mucho las comparaciones. Lo que importa es el futuro del club y en ese sentido estamos dando pasos para seguir evolucionando en todas líneas. La verdad es que hay una sintonía muy buena con la directiva y el club funciona a las mil maravillas. Tiene mucha motivación para el crecimiento, para generar cosas nuevas, para avanzar, para evolucionar. Y eso encaja mucho con mi perfil.
– Le noto feliz...
– Sí, estoy muy feliz, con muchos proyectos dentro del club. Independientemente de que el equipo esté más arriba o no, el proyecto deportivo marcha como tiene que ir. Y eso para mí es una garantía de cara al futuro, que es lo más importante.
– En cierto modo ese objetivo de hacer crecer al club recuerda al de su llegada al Bidasoa, si bien es cierto que usted ya llega a un equipo que está en Europa...
– En parte sí, pero el funcionamiento es distinto a muchos niveles. Estamos en esa parte del proceso de arranque, de ir haciendo todo a tu medida, de ir evolucionando en muchos aspectos el club a nivel deportivo, lo que pasa es que deportivamente nos hemos situado arriba muy rápido y no nos puede tampoco nublar el hecho de que estemos ahora terceros. Tenemos que pensar en crecer y en evolucionar.
– Imagino entonces que Europa no es una exigencia…
– No, es una ilusión. Al final nosotros tenemos la ilusión de estar arriba. Nos hemos situado ahí y, ya que estamos, hay que luchar por ello. Pero la exigencia es la de mejorar y la de evolucionar el club. Lo importante es que vayamos dando pasos para no depender de la temporada, sino que sea algo estable.
– Mozas ha pedido tiempo para implantar su idea de balonmano. ¿Está teniendo usted también dificultades para introducir la suya en Torrelavega?
– Creo que pueden ser casos distintos porque en el caso de Bidasoa tiene una plantilla que es prácticamente la misma del año anterior. Aquí nosotros generamos bastantes cambios en la plantilla. Cambió la mitad o algo más de la mitad. Entonces aquí hubo que empezar de cero. La verdad es que el equipo lo cogió rápido, evolucionó rápido. Hicimos una primera vuelta que no la esperábamos porque pensábamos que iba a ser a más largo plazo. Y sin embargo ahora estamos peor. Puede que sea porque somos los que más partidos oficiales hemos jugado después del Barcelona y eso nos esté pesando, pero puede ser también que estemos en ese momento de bajón que no sabes cuándo te va a venir y que puede que sea ahora. No sé, tenemos que ir partido a partido y vamos a ver hasta dónde llegamos.
– No llega entonces el partido con el Bidasoa en un buen momento…
– No, porque hemos cosechado unas cuantas derrotas. Ahí está sin ir más lejos el partido del miércoles.
– ¿Cómo está viendo al Bidasoa?
– Un poco con momentos. Lo que pasa es que el mejor momento de Bidasoa es un momento que para el resto de equipos es muy complicado llegar. Aquí en Torrelavega nos encontramos la mejor versión de ellos y era muy superior a la nuestra. Lo que pasa es que está todo muy igualado y a todo el mundo le está costando sacar los partidos adelante. En competición europea están teniendo una trayectoria exitosa con un grandísimo rendimiento.
– A nivel de juego ¿le está gustando especialmente algo?
– Bueno, no sabría decirte. Es un equipo en el que todo el mundo aporta y que cuando ha tenido lesiones han aparecido otros jugadores que han asumido responsabilidades. Tiene una portería diferencial en la Asobal y otros muchos factores que hacen del Bidasoa un equipo muy completo, muy solido.
– ¿Le ve capaz de superar esa eliminatoria de cuartos en Europa?
– Es difícil cuando te toca un equipo alemán en el trayecto. A nosotros nos tocó el Kiel. Pero bueno, a doble partido el Bidasoa es un equipo que ya tiene mucha experiencia en competiciones europeas, que eso también es importante. Lógicamente hay esa ilusión de intentarlo y Granollers ya lo consiguió. Eliminó a varios alemanes hace unos años. Entonces ¿por qué no el Bidasoa?
– ¿Qué partido espera mañana?
– No sé. Vamos a ver nosotros qué nivel damos porque después del partido del miércoles te saltan las dudas y lo primero es quitar esas dudas y conseguir dar nuestro nivel. Luego vamos a ver qué versión nos encontramos del Bidasoa porque es muy complicado para nosotros llegar a su mejor versión. Hay muchas cosas del juego que son muy parecidas, pero ellos tienen gente que ha estado trabajando junta mucho tiempo y están muy compenetrados. A nosotros lógicamente nos puede costar llegar. Preferiría jugar contra un equipo con un juego diferente. Además es muy difícil asaltar Artaleku en un partido entre lo grandes, entre equipos que están arriba. No tenemos ese factor sorpresa que puede hacer encontrarte a un Bidasoa más relajado. Eso se ha notado por ejemplo en competición europea. Allí, cuanto mejor era el rival, mejor nivel dio Bidasoa. Por todo ello esperamos un partido complicado, aunque vamos con toda la ilusión del que se encuentra arriba y tiene oportunidades de seguir marcando hitos en el club. Para nosotros es una oportunidad.
– Sabe que les espera el Artaleku de los días grandes...
– Sí, lo sé. Además nosotros también llevaremos bastante afición. Estoy seguro de que será un día grande y muy bonito. Tuve la experiencia de ir con el Ademar, de ir con el Villa de Aranda y de sufrirlo porque perdimos por un gol de penalti en el último segundo. Es un escenario muy bonito como profesional para disfrutar del ambiente, aunque seas el rival. Es un gran escenario, mítico y con un ambiente muy especial.
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