«La carpintería es mi ilusión para superar esta lesión»

– La vida le ha vuelto a traer a Irun tras dejar hace dos años el Bidasoa.

– Sí, me fui a Cherbourg, firmé en principio para dos años pero me lesioné en la primera jornada de la segunda vuelta. El problema es que estuve jugando casi tres meses lesionado por un mal diagnóstico. Se me agravó la lesión y eso me hizo volverme para tratarme por mi cuenta e intentar recuperarme. En realidad tenía el tendón roto. Al regresar todo fueron desconfianzas y llegamos a un punto difícil y acabamos rompiendo contrato. Ellos querían cortarlo y yo decidí aprovechar esa opción para hacer algo distinto.

– Una decisión que le ha cambiado la vida.

– Exacto, es cierto que tenía ganas también de parar un año para hacer otro tipo de cosas. El balón te da mucho, pero también te quita tiempo. En principio decidí parar hasta ahora, enero, para ver cómo iba evolucionando la lesión. A día de hoy va mucho mejor, pero todavía no está bien como para volver a jugar. Estoy estudiando ahora el primer año de carpintería. Tengo que valorar cómo evoluciona todo y ver si puedo regresar Estoy muy contento con esto pero también tengo muchas ganas de volver a jugar. La carpintería es mi ilusión durante este proceso de recuperación, estoy en una montaña rusa.

– ¿Cómo así le dio un día por la carpintería?

– Tiene mucho que ver con Irun, porque yo empecé en ingeniería de minas, de energía, luego en químicas. Pero veía que no era mi sitio. Fui probando cosas y cuando jugaba en el Bidasoa empecé en una escuela en Donostia que impartía clases de ebanistería. Iba cuando el calendario me dejaba. Me fue gustando cada vez más y tuve ganas de dedicarle más tiempo. Una lesión te abre la ventana de poder dedicarle más tiempo a cosas diferentes y hoy en día la verdad que estoy muy contento.

– ¿Ha encontrado en ello una nueva forma de recuperarse anímicamente?

– Sí. Es que si mentalmente la cabeza no funciona, al final por muy bien que tengas el cuerpo, tienes que tener gasolina en la cabeza para funcionar del todo bien. Con esto he recuperado la ilusión por algo.

– Usted es de Vigo, ¿por qué decidió volver?

– Vivo en Hendaia, obviamente influye el tema de poder cobrar el paro en Francia, haciéndolo bien. Pero en Irun viví muy bien, conozco mucha gente de la comarca. Además, cuando me lesioné, el fisio que me ayudó es de aquí y con él me estoy tratando. Por todo, era el sitio para vivir al menos estos meses y esta especie de temporada. A día de hoy me estoy encontrando muy a gusto con eso, entrenando por mi cuenta, voy a clase todas las mañanas, al salir de clase al gimnasio o ir a nadar. Estoy contento ahora mismo, pero si me recupero bien y me llega una oferta no se que pasará.

– ¿Va a nadar a Artaleku?

– Pues sí, soy socio de Artaleku y Azken Portu, y me encuentro al Bidasoa muchas veces allí. Veo a mis antiguos compañeros de equipo y me pongo a hacer pesas igual con ellos. Suelo quedar con los jugadores que todavía continúan de cuando estaba allí y cuando me cuadra que juegan en casa intento acercarme a verles. El balonmano obviamente en la parte deportiva te da muchas cosas, pero en la parte personal más.

– Leyéndole entre líneas no se ve que tenga muy claro que esté decidido a volver.

– Lo que tengo claro es que este cambio me va a venir bien. También si vuelvo a competir. Sea cuando sea. Incluso igual me ayuda a alargar un poquito mi carrera deportiva si vuelvo a jugar. Conseguir ese equilibrio de sentirme bien también me está dando oxígeno.