Batalla antigua a orillas del Mediterráneo

Carapaz –que ganó la etapa por la mínima– e Higuita –nuevo líder– se escaparon a más de 120 kilómetros de meta y protagonizaron una cabalgada antigua. Llovía y hacía frío en Salou como si fuera Bélgica, y el ecuatoriano y el colombiano desataron las hostilidades nada más salir. Ineos acompañó con Plapp al que –con Bernal fuera de juego– es su mejor ciclista. Poco más adelante, en la ascensión más exigente del día, el Coll de Les Llebres, ya se fueron para adelante Carapaz e Higuita solos. Por detrás, el destrozo.

La cabalgada daría para escribir a los clásicos que fue impulsada por el hambre, pero esos viejos tópicos están caducados. Son ciclistas de vanguardia, que conocen las últimas innovaciones y lideran los mejores equipos internacionales. Llevaron la renta por encima de los tres minutos, pero el último puerto pasó factura. Estas cabalgadas no se estilan y no es fácil calcular. Mal que bien, UAE, Bahrain y Uno-X consiguieron organizarse y bajar la renta. Juan Ayuso hizo un intento individual, pero sin solidez, y los dos de cabeza lograron estabilizar la ventaja sobre el minuto en los últimos 30 kilómetros.

En meta no rigieron los viejos códigos, para disfrute del aficionado. Nada de 'para ti el liderato, para mí la etapa'. Sprint a cara de perro. Así se compite en estos tiempos. Ganó Carapaz, por la mínima. Y hoy, un clásico decide la Volta: Montjuic.