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Egan Bernal (Ineos) salvó la vida de milagro. Él mismo se encargó de establecer la dimensión real que tuvo el accidente que sufrió el lunes al chocar con un autobús mientras se entrenaba en Colombia. No había duda de la gravedad, pero las palabras ... del ganador del Tour de 2019, escritas desde su cama de la UCI del hospital, despejan todas las dudas: «Después de haber tenido un 95 % de probabilidad de haber quedado parapléjico y casi perder la vida haciendo lo que más me gusta hacer, hoy quiero agradecer a Dios, a la Clínica universitaria Sabana y a todos sus especialistas por hacer lo imposible, a mi familia y a todos ustedes por sus deseos. Sigo en UCI a espera de más cirugías pero confiando en Dios todo va a salir bien».
Dios, omnipresente en las declaraciones de casi todos los ciclistas colombianos, no podía faltar en un momento así. Hace un par de días, la madre del corredor ya había hablado a las claras de «milagro», dando a entender la crudeza de la situación. El comunicado de ayer de Bernal –en la mañana de Colombia– llegó unas pocas horas después del último parte médico del centro sanitario, donde se informaba de que el ciclista «ha continuado con la recuperación esperada y con una tendencia favorable».
El hospital añade que «Egan continúa con el plan de rehabilitación, no ha presentado signos de infección, asimismo, tiene buen ánimo y gracias a su mejoría se retiró el medicamento vasopresor. Además de comunicar su buen estado de salud, informamos de que el paciente se encuentra en un periodo de regeneración o terciario del trauma. Por tal motivo, tendrá dos cirugías (ayer), que son procedimientos secundarios que no revisten riesgo para su vida».
Explican los médicos que «la primera, es una osteosíntesis de una fractura del segundo metacarpiano de la mano derecha, que será realizada por parte del equipo de cirugía de mano. La segunda es maxilo-facial para realizar el manejo de unas fracturas dento-alveolares que presenta en la boca».
Bernal se recupera de las lesiones que sufrió el lunes al chocar con la parte trasera de un autobús detenido en la carretera para que descendieran algunos pasajeros, que el fenómeno de Zipaquirá no advirtió. Rodaba en ese momento a alta velocidad –algunas informaciones hablan de 65 kilómetros por hora– sobre su cabra de contrarreloj. Fue trasladado a la clínica universitaria La Sabana, cercana a Bogotá y propiedad del Opus Dei, donde fue operado de urgencia de sus lesiones en la pierna y en la espalda.
El líder del Ineos sufre fracturas en el fémur derecho, una fractura abierta de la rodilla de esa misma pierna y las de seis vértebras torácicas, que eran las que más preocupaban a los cirujanos. Sus pulmones también están respondiendo bien después de un neumotórax. Los médicos destacaron el «excelente resultado» de la cirugía de columna.
En su mensaje, Bernal agradece la ayuda recibida por Xabier Artetxe. El técnico vizcaíno del Ineos se encuentra en Colombia con el grupo de corredores que prepara allí el inicio de temporada. Una concentración gafada, porque hace diez días Bernal y Carapaz evitaron ser atropellados por centímetros, luego llegó al accidente del ganador del último Giro de Italia y ayer acabó en el hospital otro integrante del grupo, Brandon Rivera, con fractura y dislocación del codo. El colombiano permanece ingresado en el mismo centro sanitario que su compañero.
La recuperación de Bernal no tiene fechas. Las primeras reacciones de su organismo a las diferentes cirugías están siendo muy positivas, destacan los doctores, pero por el momento nadie habla de un posible regreso a la competición. Uno de los primeros en hablar con él fue su agente, Giuseppe Acquadro, que relató su conversación a 'La Gazzetta dello Sport': «Me preguntó por Pantani y le dije que tras su grave accidente ganó el Giro y el Tour. Le comenté que el mes que viene iría a Colombia a visitarle y me respondió que a lo mejor él venía a Europa». No será así, pero la frase revela la pasta de la que están hechos los ciclistas.
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