Egan Bernal pasa por el quirófano por séptima vez

Aunque todos los informes del hospital dan cuenta del éxito de las sucesivas operaciones y las buenas perspectivas de recuperación, nadie oculta las dificultades que afronta el campeón de Zipaquirá. Siete intervenciones en una semana son una muestra clara de lo complicado de la situación.

Bernal, que se estrelló a 65 por hora contra la parte trasera de un autobús cuando se entrenaba con la cabra de contrarreloj, sufrió fracturas en varias vértebras torácicas, el fémur y la rótula derecha, varias costillas, una mano y la boca, y además tuvo una perforación pulmonar. Por todas esas lesiones tuvo que ser intervenido. Ahora le ha tocado la séptima operación, en las vértebras cervicales, a la altura del cuello.

Tras la intervención anterior en la columna, los médicos informaron de que el ganador del Tour de 2019 no presenta daño medular y su movilidad no se verá afectada. Ayer explicaron que «después de avanzar en la recuperación de los sistemas involucrados en su poli-trauma (sistema musculo esquelético, respiratorio, hemodinámico y neurológico), se realizaron nuevas imágenes diagnósticas y se definió, de manera interdisciplinar, que el paciente fuera sometido a una cirugía a nivel de la columna cervical. Esta intervención favorecerá su proceso de rehabilitación».

Bernal iba a debutar esta temporada la semana que viene en el Tour de la Provenza, pero, aunque los comunicados de la clínica hablan de una «pronta recuperación», la posibilidad de que corra esta temporada se antoja imposible. La recuperación que afrontará a partir de ahora definirá, de hecho, su futuro profesional. El último ganador del Giro acaba de cumplir 25 años y ese factor, con su fortaleza innata, es su mejor baza para una recuperación buena.

Bernal había regresado en 2021 al máximo nivel, después de batallar durante meses con una lesión de espalda que le obligó a abandonar el Tour de 2020, en el que aspiraba a revalidar la victoria de un año antes.