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benito urraburu
San Juan (Argentina)
Jueves, 30 de enero 2020, 19:08
La prensa belga deambula por el hotel Del Bono, en la localidad de San Juan, a las 12 de la noche en Argentina, 4 o 5 de mañana en Europa, mientras Remco Evenepoel recibía masaje, luego cenaba y más tarde hablaba con los periodistas de su país.
El fenómeno belga, de momento, continúa siendo un chaval al que lo único que le delata que es ciclista, fuera de la carretera, es la indumentaria de su equipo, el Deceuncink.
Con los pelos revueltos y cara de niño, su director, el italiano Davide Bramati, le deja muy tranquilo. Es un técnico con experiencia. Ha dirigido a Gaviria, Boonen, Alaphilippe, Stybar o Viviani, entre otros, en un grupo que tiene un polaco, Stybar, un francés, un colombiano y tres belgas. Una multinacional que es hacia donde se ha dirigido el ciclismo mundial desde hace unos años a alto nivel.
Es un grupo en el que trabaja todo el mundo cuando hay que trabajar. Si alguno no lo hace se puede enfrentar a un técnico al que se le entiende todo cuando levanta la voz.
En Argentina, Evenepoel, está bastante más resguardado que en su país. Su pasado como futbolista, en las divisiones inferiores del Anderlecht y el PS Eindhoven, y las selecciones belgas sub 15 y sub 16, junto a sus condiciones como ciclista han hecho que algunos medios argentinos le hayan puesto el nombre del Messi de la bicicleta.
Uno de los periódicos más importantes de Argentina, de tirada nacional, La Nación, le dedicó una página entera, en la que compartía protagonismo con Cristian Bassedas, que ahora entrena un equipo de fútbol de la tercera división argentina, que fue manager de Velez Sarsfiel y que como jugador era el hombre que le suministraba balones de oro a Alan Shearer, que marcó la friolera de 260 goles en la Premier.
Una página entera en uno diario de ese nivel a un ciclista no es normal. Alaphilippe, que ayer llegó a Colombia ha dicho de su compañero que «no tiene límites. Su potencial es increíble. Es muy joven y tiene mucho tiempo para llegar a su techo. No tengo ninguna duda de que conseguirá cosas muy importantes», ha explicado el francés.
En la contrarreloj, más que pedalear, parecía destrozar la carretera con la potencia con la que mueve sus piernas. Sus pedaladas son un martirio para el asfalto.
Es cierto que cuando llegue a Europa se encontrará otros rivales, pero también su estado de forma será diferente.
Intentan, durante su formación, que no sienta la presión que ya le impide salir a la calle en su país, si no es con un sombrero puesto. Si algo ha hecho bien a lo largo de los últimos años el Deceuninck es trabajar con ciclistas jóvenes, gracias a la labor que realizó Joxean Matxin, que ahora es uno de los máximos responsables del Emirates UAE, con nombres como los Enric Mas, Julian Alaphilippe, Fernando Gaviria, Alvaro Hodeg, Fabio Jakobsen o Max Schachmann, entre otros.
A Remco ya le han preguntado por Eddy Merckx, el último ganador de su país del Tour de Francia, hace 43 años: «Soy un joven que corre en bicicleta. No quiero ser mejor que nadie. Merckx fue un gran campeón, como lo fue Alberto Contador, que era mi ídolo. Espero poder cumplir algún día mi sueño de poder ganar el Tour, uno al menos».
Después de la primera etapa durmió nueve horas seguidas. En la caída que se produjo en la meta sufrió rasguños y tenía el codo un poco hinchado, pero nada grave. Su masajista le puso hielo y todo quedó en una anécdota.
Las diferencias que tiene en la general le parecen suficientes para poder mantener el primer puesto: «Con los segundos que tengo sobre Ganna y Sevilla, puedo ir tranquilo a El Colorado. No sería lo mismo si solo tuviese diez segundos».
Ya conoce lo que tendrá que ascender en esa montaña, «en la que se está subiendo durante tres horas, un esfuerzo continúo que me debe de venir bien. No es una llegada explosiva. Sólo cuando quedan tres kilómetros comienza la ascensión. La conozco bien del año pasado y estoy tranquilo».
Da muchas explicaciones, de forma rápida, en inglés: «La diferencia con el año pasado es que entonces tenía que trabajar para Alaphilippe y este año iré a la defensiva. Es una forma muy diferente de entender la carrera, de correr. Además, tengo un equipo fuerte».
Conoce a Óscar Sevilla del año pasado y sabe que va a atacar: «Es su terreno y también conoce muy bien la subida. No será el único que ataque».
Ha demostrado sus nivel en pruebas de un día, la Clásica de San Sebastián, en contrarrelojs, como el Campeonato de Europa, en una carrera por etapas de una semana, como la Vuelta a Bélgica.
La sensación general es que estamos ante un fenómeno, pero le siguen quedando retos por delante si hablamos de la alta montaña, de las carreras de tres semanas, de las clásicas del pavés.
Eso sí, tiene mucho tiempo por delante para terminar de formarse el Messi del ciclismo.
Mañana viernes llegará la prueba a el alto de El Colorado, un puerto de primera categoría, con 14,4 kilómetros de subida.
No tiene unas rampas muy pronunciadas, pero la altitud a la que se encuentra, 2.565 metros, y la velocidad a la que suele subir el grupo lo complican mucho, junto al calor.
Evenepoel hará frente a su primer gran test en una montaña selectiva como líder. Se nota la falta de oxígeno en esa subida.
Los números dicen que en las tres ediciones anteriores internacionales de la carrera, quienes salieron allí de líderes terminaron ganando: Bauke Mollema, Óscar Sevilla y Winner Anacona.
En esa cima han dominado Rui Costa, en 2017. En 2018 se impuso Gonzalo Najar, con 1:58 sobre Óscar Sevilla. El corredor argentino sería descalificado poco después por dopaje.
El año pasado fue Winner Anacona quien ganó.Venció por delante de Paredes y Montoya, seguidos de Carapaz y Sevilla, a 32 segundos.
Evenepoel quiere vencer y habrá que ver como responde a los ataques de Sevilla y un buen número de colombianos que esperan su oportunidad.
Los ojos del ciclismo mundial estará sobre Evenepoel, que con menos peso que hace un año, y con las pruebas que le han realizado hasta los 1.800 metros de altitud en Liviano (Italia) ya sabe hasta donde puede llegar.
En esta ocasión serán 2.565 metros, y eso son palabras mayores. Afrontará un nuevo reto.
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