Cariñoso, sentimental y empático

El ciclista de Lebrija, de 24 años, es la maglia rosa y su actuación en el Etna confirma su progresión. Saltó a profesionales en verano de 2019, procedente del Kometa, el equipo de Alberto Contador. Ganó la Vuelta al Bidasoa de 2019 y brilló en el Valle de Aosta. «Sabíamos que era muy bueno», afirma Irizar, que se deshace en elogios a la persona. «Tiene una gran alegría y es increíblemente educado, agradecido y cariñoso con el staff y con todo el mundo. Cuando comete un error, enseguida entona el mea culpa. Tiene unos valores muy buenos y por eso le quiere tanto todo el mundo. Es una persona especial, muy especial. Buen tío, no; es uno que te deja huella».

Asegura que «es un placer estar con él. Siempre está de muy buen humor, nunca pide nada, siempre está todo bien. Además, tiene el desparpajo andaluz, sevillano. Tiene esa gracia innata y sabe contar chistes, le encanta. Y luego está el Betis, que es lo más grande para él. Siempre está con el Betis, eso, que no se lo toquen».

El éxito del sevillano ha sido recibido con alborozo en el seno del equipo, empezando por el brindis en el hotel con todo el staff la noche del martes. «Es imposible no alegrarse –confirma Irizar–. Para el equipo fue una gozada lograr la maglia rosa, algo muy importante. Hasta el domingo la va a mantener y no veo seguro que la vaya a perder en el Blockhaus. Si la mantiene, será impresionante para el equipo, porque aunque tenemos licencia estadounidense la mitad del equipo es italiano, como la mitad de los patrocinadores».

Juanpe López dio el salto a profesionales con el Trek y se mantiene en la misma estructura, donde se encuentra cómodo. «Se comunica en inglés dentro del equipo. Habla muy bien. Cuando llegó no sabía nada, pero lo ha aprendido a la perfección, es listo. Un caso parecido es el de Giulio Ciccone, que no sabía nada y en dos años lo aprendió muy bien. Es señal de que están implicados». Markel Irizar destaca que López «es muy, muy escalador y con punch, explosivo. Se mete muy fácil en las escapadas, porque tiene ese golpe de tres minutos que le permite cogerlas. Ha crecido mucho. El año pasado fue 13º en la Vuelta a España y viene de ser 11º en la Itzulia, con el octavo puesto en la última etapa pese a haberse salido en la bajada de San Miguel».

La maglia rosa es una sorpresa, pero no el rendimiento del sevillano. «Sabíamos que llegaba muy bien al Giro, después de una concentración en altura en Sierra Nevada. Está en la forma de su vida. Hay que aprovechar la ola. No le descartaría para seguir de rosa después del Blockhaus. ¡Que no es Markel Irizar y va perder 14 minutos! Es un escalador. Con uno que hace octavo en Arrate, ojo».

El oñatiarra está convencido de que la presión que genera llevar la maglia rosa, con todo lo que supone, no va a influir en el flamante líder del Giro de Italia. «No se va a poner nervioso, es un tipo tranquilo y gestionará bien el liderato. Creo que puede estar bastantes etapas de rosa. Se va a crecer y veremos hasta dónde llega».