Los viejos de Roccamorice, sentados en la curva que une vía de Horatiis con vía Roma, aún recuerdan el día en que Eddy Merckx pasó como un loco persiguiendo a uno que sí era un loco de verdad, José Manuel Fuente. Cincuenta años después, la ... carretera que lleva al Blockhaus sigue significando ciclismo. Este domingo, la etapa no tuvo el componente salvaje de aquel duelo entre el Tarangu y el Caníbal, pero ordenó el Giro.
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Mikel Landa (Bahrain), Romain Bardet (DSM) y Richard Carapaz (Ineos) se erigieron en la autoridad de la carrera, que a partir de ahora se correrá siguiendo sus designios. Lastrado por su lesión tras su caída camino del Etna, Simon Yates (BikeExchange), que había maravillado en la crono de Budapest, perdió once minutos y dice adiós a todas sus opciones. En meta, a los tres principales de la carrera se les unieron Almeida (UAE), Pozzovivo (Intermarché) y Hindley (Bora), que ganó la etapa, pero la ascensión ya había establecido la jerarquía. El juego por la victoria y el empuje del portugués forzaron el reagrupamiento, pero hubo un escalón entre Landa, Bardet y Carapaz, que marcaron el tempo, y los otros tres. El resto parece lejos.
La cima del Blockhaus es de roca y allí se encuentra lo que llaman 'tavola dei briganti' (mesa de los bandoleros), donde pastores y salteadores de caminos fueron dejando grabados sus nombres y pensamientos durante los años, desde el risorgimento, la unificación italiana. Allí llegó este domingo Landa y se sentó a escribir el guión de su asalto al cielo rosa del Giro de Italia. ¿Es una obra de ficción o un relato realista? Con los poetas, esa frontera siempre es difusa.
Esta montaña de los Abruzos no suele engañar, aunque tras la etapa de 1967 alguien envió a su periódico una crónica en la que se leía que «en el Blockhaus ha ganado un sprinter». El velocista en cuestión resultó ser un tal Eddy Merckx, pero quién iba a saberlo entonces.
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Este domingo ganó Hindley, que ha resucitado después de dos años. Estuvo a un paso de ganar el Giro de 2020 –perdió la maglia rosa en la crono del último día en Milán a manos de Tao Geoghegan Hart (Ineos)– y desde entonces no había hecho nada. Nada, nada. Un 2021 catastrófico, que no le impidió fichar por el Bora. Y, de repente, volvió a aparecer de la nada para ganar el sprint a Bardet y a Carapaz, que dejó pasar una ocasión excelente.
Pero si Hindley estaba contento, su alegría era casi un funeral comparada con la de Juanpe López (Trek), que conservó la maglia rosa. Lo celebró en meta como una gran victoria, lo que fue. El sevillano se cayó en plena subida al hacer el afilador con Alejandro Valverde (Movistar). Un error que suele ser reflejo de agotamiento más que de falta de habilidad. Se rehizo sin embargo el andaluz y salvó el liderato por 12 segundos sobre Almeida. El portugués, ciclista correoso, se lo va a pelear, pero si López no afloja podría incluso mantener la maglia rosa hasta el domingo, en los Alpes.
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En la mesa de los bandoleros se puede leer un poco de todo. Desde críticas a Víctor Manuel II, primer rey de Italia, a nombres, cruces, fechas... Mikel Landa llegó al Blockhaus como nunca. No necesita remontar, puede escribir su Giro.
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