Después de un viernes de excursión por los Apeninos, resuelto por cuatro turistas holandeses con triunfo para Koen Bouwman (Jumbo), el Giro llega a Nápoles. Nueve años hace que la corsa rosa no visita la ciudad y tres empresas privadas y seis equipos de servicios ... municipales trabajan a destajo para tapar agujeros en el asfalto a tiempo. Lo normal. Los cuatro holandeses de la escapada, Bouwman, Tom Dumoulin (Jumbo), Bauke Mollema (Trek) y Wout Poels (Bahrain) disfrutaron y sufrieron a partes iguales la geografía tremenda de Basilicata. Bouwman, un profesional, se encargó de la victoria. Ocho años en profesionales, ocho en el mismo equipo. No gana nunca (hasta este domingo, solo una etapa del Dauphiné), pero algo tiene que siempre le renuevan. Un tipo que conoce el oficio, gente imprescindible en todos los equipos. Juanpe López, bien arropado por el Trek, mantuvo la maglia rosa sin problemas. Todos los favoritos llegaron juntos a tres minutos y este sábado, a Nápoles.
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De todos los errores que pueden cometerse en la ciudad, no es el menor ir a una pizzería y pasarse de listo. Pedir una pizza con un montón de ingredientes en lugar de una Margherita: tomate, mozzarella, albahaca, sal, aceite y basta. Y no cualquier mozzarella, ojo. ¿Puede una pizza Margherita hacerse con mozzarella de búfala? Rotundamente, no. Se prepara con fior di latte.
–Pero la Specialità Tradizionali Garantite lo autoriza.
–Tampoco está prohibido ser de la Juventus, ¿no?
No es un debate para advenedizos. En Da Michele, sentados o en la cola de pie en la calle, dos comensales se pueden enzarzar en una discusión de esta trascendencia antes de pedir. Y eso que solo hay dos platos en la carta: Marinara y Margherita, que también es reglamentaria: tomate, ajo, orégano y aceite. En ambos casos, sin 'papocchie'. O sea, sin engaños.
Y que si Margherita o que si Marinara se pasa la hora del Giro, que llega junto al mar, no lejos de Da Michele pero tampoco cerca. Se puede salir corriendo al lungomare, donde está la meta, o subir a la colina de Posillipo para ver la carrera con el entrenador del Nápoles, Luciano Spalletti, fanático del ciclismo. Come allí para evitar el bullicio del centro.
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Nápoles es otro planeta, con reglas propias. El Giro recibirá una acogida fastuosa. El ganador no olvidará este día. Mañana empieza el viaje al norte. Otro mundo.
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