Yates, un calvario de 86 kilómetros

Simon Yates (Mitchelton) sufrió un calvario de 86 kilómetros ayer en el Giro. El inglés, vestido con la maglia rosa, se descolgó del grupo principal en el inicio del Colle delle Finestre, cuando el equipo Sky, con Puccio y De la Cruz, aceleró el ritmo de forma brutal. Figuras del equipo inglés como Poels y Henao sucumbieron al ritmo de sus compañeros. El último empujón, terrorífico, lo dio Kenny Elissonde, que puso a Froome en la rampa de lanzamiento.

Mikel Nieve se dio cuenta enseguida de los problemas de su líder. Le ofreció su rueda, pero el inglés apenas si podía seguirla. Quedaban unos quince hombres por delante. El escenario no podía pintar peor para el líder. Cuando el leitzarra le metió en el sterrato, después de nueve kilómetros de subida y con otros nueve de tierra, piedras y baches por delante, Yates cedía ya cuatro minutos. El Giro se le había escapado después de haber dominado la carrera desde el principio con gran autoridad, tres victorias de etapa vestido de rosa incluidas.

La segunda mitad de la etapa se le hizo eterna y alcanzó la meta de Bardonecchia a 38:51 rodeado por sus compañeros. En otras condiciones habría abandonado pero supo llevar la maglia rosa con dignidad hasta el final. Derrotado pero con honor. No le servirá de consuelo, pero respetó la vieja ley del ciclismo.

El que no consiguió alcanzar la meta fue Fabio Aru (UAE). El campeón de Italia, que ya estuvo cerca de abandonar el domingo, se bajó de la bicicleta en Lys, el primer puerto de la etapa.

Presente en dos podios del Giro (3º en 2014 y 2º en 2015), el ciclista sardo estaba lejos de su mejor nivel y ocupaba la posición 27ª de la clasificación general, a más de tres cuartos de hora de la maglia rosa, Simon Yates. Ahora tiene que decidir si va al Tour o a la Vuelta.