Un pelotón de organizadores, jóvenes ciclistas, algún que otro profesional, aficionados, motoenlaces, dirigentes políticos y directivos de la Federación se reunió ayer en la plaza Unzaga de Eibar para denunciar y exigir una rápida y efectiva solución a la situación que vive el ciclismo guipuzcoano. ... En el lugar en el que se debió dar la salida a la carrera de juveniles en la 45ª edición de la Udaberri, alrededor de 300 personas hicieron músculo y fuerza para demostrar la unidad que requiere esta problemática en una concentración impulsada por el Club Ciclista Eibarrés.
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Las declaraciones del presidente de la Guipuzcoana, Santi Osoro, en la concentración de protesta fueron tan clarificadoras como preocupantes. «Desde los ciclistas más pequeños hasta los profesionales, todo es una cadena y nosotros sabemos muy bien que si la cadena se rompe no vamos a ningún lado por más que demos a los pedales. No tiene sentido traer carreras del más alto nivel si la cadena de la base está rota».
El máximo representante de la federación del territorio, además de estar ayer en Eibar, no ha descansado el fin de semana. El sábado mantuvo una larga reunión con el Gobierno Vasco para dar continuidad a la vía de diálogo que se abrió el jueves con el máximo organismo vasco y mañana ambas partes volverán a juntarse con el objetivo de resolver lo más rápido posible y con el menor impacto que se pueda el conflicto que envuelve a los motoenlaces, incapaces de mantener la seguridad de una carrera al no poder contar con un seguro que cubra tanto su actividad como la moto, su vehículo. En la protesta también hubo una amplia representación de los motoenlances con la presencia de unas sesenta personas que hacen este trabajo de manera voluntaria.
Hasta ahora son cuatro las carreras suspendidas a raíz de este problema. La prueba de cadetes del pasado sábado en Beasain, la de juveniles de ayer en Eibar, la de juveniles de Mutriku de este sábado y la Aiztondo Klasika, que pertenece a la Copa de España élite y Sub-23, de este próximo domingo. Sin embargo, con la intensificación de las conversaciones entre la Federación y el Gobierno Vasco se ha pedido que no se tome una decisión definitiva antes de que se constate la dirección y los posibles avances que puedan traer esos contactos.
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Junto al propio Osoro, también figuraron en la foto principal, junto a ciclistas de diversos clubes de Gipuzkoa, Abraham Olano, Ángel López, presidente del Club Ciclista Eibarrés, Julián Eraso, organizador de la Itzulia y Clásica San Sebastián, Jon Iraola, alcalde de Eibar, y María José Telleria, diputada foral de Deportes. «Demostráis que en el mundo del ciclismo somos una familia y que nos apoyamos y nos unimos cuando más lo necesitamos», felicitó Osoro a todos los asistentes. También expresó que «la principal razón para estar aquí es el problema con los motoenlances, pero no es el único, ni mucho menos. Llevamos años con otros mil problemas», apuntó.
Sobre la principal causa, explicó que «que no estén los motoenlances provoca que las carreras se suspendan por motivos de seguridad», y manifestó su contrariedad a que no se pueda «tocar» la N-1. «Los organizadores y los ciclistas saben que cada vez andan por carreteras más difíciles, poniendo en riesgo su seguridad, y al lado tenemos las carreteras grandes, como la N-1 en nuestro caso, que son sagradas y que no se pueden tocar». Este hecho «nos obliga a no ir por carreteras más seguras, y esas trabas más otras muchas nos llevan a que la labor de los motoenlances sea muy importante y que el riesgo de todos sea cada vez mayor».
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Además, añadió una crítica que incumbe no solo al ciclismo aficionado, sino también a cualquier usuario de la bicicleta de carretera. «Muchas veces tenemos la sensación de que la carretera es de los coches y que los ciclistas somos unos 'okupas' que se meten ahí, que estorbamos y que no podemos estar ahí», manifestó antes de mostrar su preocupación por el futuro del ciclismo guipuzcoano. «Si seguimos en esta situación, la familia ciclista, con organizadores, los que andan en las escuelas y los propios ciclistas incluidos, van a cansarse. Sin carreras no hay nada. El ciclismo base está ahora mismo parado. Ha habido mucha gente trabajando antes, hemos recogido un ciclismo de un altísimo nivel de organización, de trabajo de escuela y de número de ciclistas que han salido a competir a lo largo de todo el mundo. Ahora nos toca protegerlo y no dejarlo perder. Si seguimos así, nos encaminamos a la desaparición».
A los dirigentes políticos pidió que «vengan y nos pregunten a nosotros qué pueden hacer para ayudarnos y para proteger todo el trabajo que hacéis», en referencia a muchas personas voluntarias presentes en Eibar.
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El Tour de Francia también figuró en las conversaciones y reivindicaciones. «Pronto vamos a tener el Tour de Francia en Euskadi y muchos de los jóvenes que están hoy aquí pidiendo la seguridad aspiran disputar algún día el Tour, pero si no tienen carreras no van a poder ser ciclistas. Si no organizamos carreras de infantiles, cadetes y júnior, no vamos a tener profesionales».
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