Jan Christen, el delfín suizo de Pogacar, gana la Clásica de Ordizia más rápida de la historia

Suizo de Leuggern, en la frontera con el sur de Alemania, cumplió 20 años el 26 de junio y en su primera temporada en el World Tour suma ya tres victorias: una etapa del Giro de los Abruzzos, el Giro de los Apeninos hace doce días y ahora la Clásica de Ordizia.

Jan Christen procede de una familia de ciclistas. Su abuelo, Hans Schleuniger, participó en el Tour de Francia en 1963. Su madre, Jolanda, compitió en carretera y en pista. Su padre, Josef, alcanzó el profesionalismo y se proclamó campeón suizo élite en 1994. Hasta su hermano, Fabio, dos años mayor, también es corredor.

Versátil en materia deportiva desde su niñez, Jan compaginó el ciclismo con el fútbol, el atletismo y el triatlón. Fue en 2019 cuando eligió su actual deporte, si bien ha combinado la ruta con el ciclo-cross y la bicicleta de montaña. Asegura que su lema en la vida es 'Ataca tus sueños', el mismo que su ídolo, Andri Ragettli, un esquiador acrobático que ha logrado victorias en pruebas de la Copa del Mundo de su disciplina.

Más comedido que Pogacar a la hora de los planteamientos ofensivos, Christen asestó el acelerón definitivo a diez kilómetros de meta, en el último paso por el pueblo de Abaltzisketa. Un grupo seleccionado por la inercia propia de una carrera rápida llegó con opciones al pie de la subida final. Atacaron Jefferson Cepeda (Caja Rural-RGA) y el suizo, que guardaba todavía dinamita en las piernas.

Cobró al paso por Larraitz unos metros de ventaja, inalcanzables para el ecuatoriano. Tampoco la reacción del grupo perseguidor, en el que figuraban Xabier Berasategi (Euskaltel-Euskadi) y Unai Iribar (Kern Pharma), tuvo fuerza suficiente para echar mano a un ciclista lanzado en el descenso hacia Zaldibia y que a la entrada de Ordizia ya era consciente de que iba a suceder en el palmarés a otro ciclista helvético e integrante del UAE, Marc Hirschi, para sumar la victoria 59 para el equipo esta temporada. Casi dobla al segundo en la clasificación de más triunfos, que es el Lidl-Trek con 30.

La escapada fraguada en la primera de las cinco ascensiones a Abaltzisketa resultó fundamental para que la edición 101 de la Ordiziako Klasikoa fuera la más rápida de la historia de esta centenaria prueba con un promedio de velocidad de 45,020 km/hora. Thomas de Gendt (Lotto Dstny), Remi Cavagna (Movistar) y Rory Townsend (Q36.5) pusieron en la fuga un nivel de exigencia tal que el pelotón rodó a fondo desde la segunda vuelta. Nadie pudo sestear.

Los equipos UAE, con el futuro ganador en sus filas, y Jayco Alula marcaron un ritmo alto de persecución que desgastó a la mayoría de los participantes y provocó cortes en el grupo principal, cada vez más reducido.

El trío de cabeza dispuso de una ventaja de 4:30. Sus fuerzas empezaron a flaquear en el penúltimo paso por Abaltzisketa. Cedió primero el veterano flamenco De Gendt, de 37 años. Nada más coronar, el pelotón alcanzaba a Cavagna y Townsend.

Las escaramuzas empezaron en la subida de Alegia hacia Altzo y se concretaron en Abaltzisketa, punto clave de la carrera.

El 45,020 de Christen supera el anterior registro de rapidez, en poder de Rob Power, ganador en 2018 a 43,875 km/hora de media. En cambio, nadie consigue repetir victoria dos años consecutivos en Ordizia desde que Neil Stephens encadenara tres entre 1993 y 1995.

Gorka Izagirre (Cofidis), triple vencedor en la cita ordiziarra en 2010, 2012 y 2014, acabó en el puesto 35 a 1:21 de Jan Christen.