Michelena
Guipuzcoanos que ganaron una etapa en el Tour de Francia

Jose María Errandonea: «Hacía un calor terrible y salí a las diez de la noche, sin luz»

Errandonea ganó el prólogo del Tour de 1967 en Angers y es el único guipuzcoano que ha lucido el maillot amarillo en toda la historia

Domingo, 7 de mayo 2023, 02:00

José María Errandonea (Irun, 82 años) ganó el prólogo del Tour de Francia de 1967, lo que le reportó el maillot amarillo. Es el único ciclista guipuzcoano de la historia que ha logrado liderar la carrera más importante del mundo. Aquel triunfo se recuerda ... por su valor intrínseco, pero también porque privó del maillot amarillo a un Raymond Poulidor que ya se veía ganador y que nunca logró vestirlo, pese a su brillante carrera. Errandonea vive en Mallorca y conserva muy viva la memoria de aquella victoria.

Publicidad

– ¿Qué recuerda de su triunfo en el prólogo del Tour de 1967?

– Tengo recuerdos muy buenos y a la vez muy malos, porque el sueño del maillot amarillo terminó en tres días por culpa de un forúnculo. Gané el prólogo y solo puede llevar el maillot amarillo dos días. Guardo los dos en mi casa.

– ¿Tuvo el problema después de lograr la victoria en el prólogo?

– No, ese mismo día ya lo tenía, pero al ser una etapa corta no supuso un problema. Después, el médico del equipo me examinó para ver si me lo podían sajar, pero no salió bien porque me dijo que no estaba 'maduro' y me lo dejaron peor. Subido en la bici, quedaba entre el sillín y el hueso... Te puedes imaginar el dolor. Mantuve el liderato en la primera etapa, pero lo cedí en la segunda. Y en la tercera me vi obligado a retirarme.

– ¿Qué prima en su recuerdo, la felicidad por el amarillo o la pena de no haberlo podido defender en condiciones?

– Estoy encantado con haber ganado aquella etapa, pero podría estar más encantado. Fue una gozada vestir el maillot amarillo del Tour, pero me habría gustado pelear por él. No estoy hablando de haber ganado la Vuelta a Francia, ni mucho menos, pero sí de haber podido competir de otra manera.

– ¿Cómo recuerda aquella jornada?

– Se disputaba en Angers y hacía un calor terrible. Impresionante. Debido a eso, la organización permitió a cada equipo que un corredor tomase la salida a la hora que quisiera. Solo había una condición, no se podía colocar a ese ciclista ni por delante ni por detrás de otro de su equipo. Se salía cada dos minutos. Yo lo hice a las diez de la noche, de acuerdo con Saura, el seleccionador.

Publicidad

  • Ganó tres etapas de la Vuelta a España y el prólogo del Tour de 1967 Fue maillot amarillo en las dos carreras. En la Vuelta llegó a acabar cuarto y décimo en la general.

  • Vencedor final de la Bicicleta Eibarresa de 1967, más dos etapas, una ese año y otra en 1966 Ganó una etapa de la Vuelta a Suiza, dos de la Semana Catalana y una de la Vuelta a la Comunidad Valenciana.

  • Pista Gran rodador, fue olímpico en Roma 1960 y ganó varios Campeonatos de España de persecución.

  • Tras dejar sin amarillo a Poulidor, fue su compañero de equipo en el Fagor-Pelforth, junto a Txomin Perurena.

  • Se retiró en 1970, a punto de cumplir 30 años, desencantado con las interioridades del ciclismo profesional.

– ¿Cómo fue correr por la noche?

– Supongo que algo habría bajado la temperatura, pero la verdad es que no se notaba mucho. Seguía haciendo muchísimo calor. Había una zona de un kilómetro y pico que salía un poco de la ciudad y no había farolas. No estaba iluminada y habían colocado lámparas de cámping gas. Gané, pero podría haberme ido a freír espárragos. A 500 metros de la meta, en una zona de pavés, sin iluminar, se me fue la rueda de atrás, con la suerte de que golpeó con un adoquín que estaba un poco saliente y no me caí. Podía haberlo perdid o todo.

– ¿Esperaba ganar o fue una sorpresa?

– En 1966 ya había ganado el prólogo y había sido líder de la Vuelta a España. Salí con la idea de ganar, yo andaba bien contrarreloj. También había sido campeón de España de persecución. Había acudido con Ramón Mendiburu al Campeonato de España de pista en Mallorca en 1959. Me iba bien la modalidad. En una Vuelta a España, en una crono en Zaragoza, llegué en el mismo tiempo que Rudi Altig, pero en aquella época al organizador, 'El Correo Español', le interesaba un ganador de más nombre, internacional, y le dieron el triunfo a Altig. Yo, cuando vi que estábamos empatados, ya sabía lo que iba a pasar y así fue. No había ni centésimas ni nada de eso. Veía que estaban promocionando la Vuelta a España y preferían un ganador de renombre. Siempre me habían ido bien las carreras contrarreloj. Con 18 años, gané el Memorial Gervais de 1958, que se disputó en Donostia sobre 70 kilómetros.

Publicidad

– Aquella victoria del Tour se hizo famosa también porque impidió vestirse de amarillo a Raymond Poulidor, que no lo consiguió nunca.

– Poulidor salió cuando le tocaba. A mí me correspondía hacerlo de día también, pero utilizamos la posibilidad de elegir hora. Acertamos. Recuerdo que el público se llevó un disgusto terrible. Los periodistas estaban enfadados, porque ya habían mandado sus crónicas a París y tuvieron que escribirlas otra vez.

– Uno de los que lloró esa noche fue el actual director del Tour, Christian Prudhomme...

– Es verdad. Cuando vino a presentar la salida preguntó por mí. Se ve que es de Angers y aquel día estaba allí, de niño, viendo la etapa. No pudimos hablar porque yo estaba en Mallorca, pero espero poder hacerlo cuando llegue el día de la salida.

Publicidad

– ¿Qué le dijo Poulidor?

– Me felicitó. Teníamos buena relación. En el último año de Fagor, el equipo se llamó Fagor-Mercier y tanto Txomin Perurena como yo fuimos compañeros de Poulidor. Coincidimos a principios de año, cuando acudíamos a unos entrenamientos en la zona de Niza. Luego no fuimos juntos a muchas carreras.

1970. Errandonea gana la 18ª etapa de la Vuelta a España en el velódromo de Anoeta. M. Cecilio

– Aunque ganó aquella etapa y fue líder, no frecuentó demasiado el Tour...

Publicidad

– Corrí dos, aquel de 1967 y el del año anterior, que fue el de la retirada de Anquetil. Ganó Aimar. La verdad es que se me fueron quitando las ganas de todo y en 1970 dejé el ciclismo. Podía haber corrido cuatro o cinco años más, una vez que se deshizo el Fagor. Pero las interioridades del equipo me llevaron a tomar la decisión de retirarme.

– ¿Sigue el ciclismo actual?

– Me gusta y lo veo. No me explico lo de Pogacar, Roglic y compañía. Les ves y te preguntas '¿qué pasa aquí?'. Me quedo con la boca abierta. Andan en todos los lados, en carreras de tierra, en las llegadas, subiendo, contrarreloj... Es impresionante. Hay un ataque y sacan a los demás de rueda. Andan en las clásicas belgas, en las subidas con pavés, por carreteras de metro y medio de ancho, ¡y qué ventajas cogen! También me gustaba Valverde. Con los años que tenía, se medía con todos estos fenómenos y les ganaba a veces.

Noticia Patrocinada

– ¿Con sus dotes de rodador no acudía a las clásicas?

– Antes del Fagor, corrí en el Pelforth, que era un equipo de Lille, en el norte de Francia, y disputé algunas clásicas como París-Burdeos y Gante-Wevelgem, pero era complicado competir con gente que había crecido en aquellas carreteras, no se movían de allí y las dominaban. Pero eran carreras bonitas.

– ¿Volvió a andar en bici tras su retirada?

– Lo dejé en 1970 y me puse a trabajar. Olvidé la bici por completo. Pero cuando vine a vivir aquí a Mallorca hace 13 años y vi la afición que hay, la cantidad de gente, sobre todo extranjeros, que andan en bici, volví a cogerla. Empecé con 40-45 kilómetros y llegué a hacer 80. Estuve diez años andando varios días a la semana hasta que sufrí un accidente cerebral. Ahora llevo ya año y medio sin andar en bici, esa etapa ha pasado. Pero me gusta el ambiente que hay en Mallorca. Antes se veía a equipos en los primeros meses del año, pero ahora es constante. Es impresionante el número de mujeres ciclistas que se ve.

Publicidad

– El Tour vuelve a salir de Euskadi. ¿Qué le parece?

– Es bonito. Han pasado 31 años. Es un espectáculo digno de ver, y no solo para la gente del ciclismo. Es algo fuera de serie. El Giro de Italia y la Vuelta a España van para arriba y quieren coger importancia, pero no le llegan ni al tobillo al Tour. Eso ha sido así siempre.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad