Ion Izagirre, el triunfo de la solidez

Desde 2016 contaba ya con triunfos en Giro, Tour y Vuelta, pero el menor de los Izagirre no bajó el nivel de exigencia de su carrera. Desde aquel triunfo en Morzine, su palmarés no ha dejado de crecer y a la lista de victorias añadió la más especial, la Itzulia de 2019. La Vuelta de casa, la que más ilusión le hizo aunque siempre supo que el Tour es la medida de todas las cosas.

Ion Izagirre prácticamente solo corre carreras World Tour, lo que da más valor aún a sus resultados. El ganador en Belleville-en-Beaujolais no es un ciclista para la galería. En la segunda década del siglo XXI, no tiene redes sociales, igual que su hermano Gorka, presente en el Tour con el equipo Movistar.

La victoria resume bien las características sobre las que ha labrado su carrera. Un motor importante y mucha visión de carrera para elegir los momentos. Izagirre sabe que cuando la carrera se endurece sus opciones suben. Por eso sabía que no debía empecinarse con el inicio del Tour en Euskadi, sino esperar a que los días y los kilómetros hicieran su labor de desgaste.

Izagirre no es el mejor escalador de pelotón ni el ciclista más rápido, pero sí tiene esas virtudes para ser un ganador. Resuelve bien de cara a meta y eso le ha dado triunfos importantes como etapas en las tres gandes, la Itzulia, la Vuelta a Polonia o Estella, su único triunfo esta temporada hasta ahora.

Su carrera ha estado marcada por los grandes objetivos, los que más brillo dan pero los más difíciles de conseguir. Nunca buscó las carreteras secundarias. Por eso, las 17 victorias que figuran en su palmarés pueden parecer pocas, pero si se tiene en cuenta que once de ellas son de World Tour queda claro qué clase de corredor es. Cumple su segunda temporada en el equipo francés Cofidis, con quien tiene firmado también 2024.

La etapa se desarrolló por las tierras del vino Beaujolais y Ion Izagirre va a más con el paso de los años, como los mejores caldos.