Me llamaron la atención las declaraciones de Pogacar y Evenepoel contra Vingegaard, sobre todo las del maillot amarillo, acusándole de correr solo contra él y de falta de ambición en la etapa de los tramos de tierra cuando se fueron los tres para delante y ... no quiso colaborar. Al mismo tiempo, habló muy bien de Evenepoel y su valentía.
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No soy psicólogo pero tengo muy claro lo que eso quiere decir. Pogacar empieza a ver fantasmas y dice que todo el Visma está contra él. Tiene ansiedad por el hecho de que Vingegaard le haya ganado los dos últimos Tours y en la segunda semana siga ahí. Eso es lo que se refleja en sus declaraciones. Creo que tiene miedo al hombre que le ha derrotado dos veces; por el contrario, respeta mucho a Evenepoel pero no le teme.
Aunque son circunstancias distintas y otra situación, esto me trae a la cabeza una experiencia que viví cuando estaba al frente del Euskadi-Murias. Los primeros años éramos un equipo valiente que se metía en las escapadas y nos costaba ganar. Todos los directores del World Tour y los organizadores venían a felicitarme por la gran labor que estábamos haciendo.
Cuando empezamos a ganar etapas en la Vuelta a España y otras carreras y a sacar la cabeza les costaba muchísimo reconocer ese trabajo. Y a veces hablaban mal. Por eso digo que prefiero que hablen mal y ganar que bien y ser un gixajo que baila al son de lo que ellos dicen. No es lo mismo que lo de Pogacar y Vingegaard, pero va en esa línea.
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La etapa en sí fue sosísima, muy aburrida. Siempre hay detalles, como ver que los equipos no se despistaron en ningún momento, pero la verdad es que la jornada no dio mucho juego. Se cumplió el guion que esperábamos desde la primera etapa, con Philipsen disponiendo de varios lanzadores y su equipo dominando las llegadas. Ayer tampoco tuvo tantos compañeros pero sí tuvo uno y luego Van der Poel le hizo el final. Medio triunfo se lo debe al campeón del mundo, pero él demostró su fortaleza.
Si el primer día se hubiera producido el desenlace de ayer, quizá el Tour habría sido distinto, pero se le fueron complicando las cosas. La victoria de ayer debe disiparlas y Philipsen tendría que coger el mando de las llegadas ante un Girmay que le ha derrotado dos veces.
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Hoy no espero nada entre los favoritos. Lo lógico sería que hiciera camino una escapada, si hay voluntad, algo que por ahora no se ha visto mucho en este Tour por los muchos y buenos sprinters que hay. La etapa sería propicia para los Alex Aranburu y compañía. Para los de la general, espero sobre todo a los Pirineos. Van a poner las cosas en su sitio. Van a ser un gran test de este Tour, sobre todo para Evenepoel. Pero sigo pensando que el vencedor no se va a definir hasta los tres últimos días.
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