Pogacar se ha calado la txapela en los Pirineos ante un Vingegaard que lo ha intentado. El intenso y bonito duelo entre ambos se ha saldado a favor del esloveno y deja el Tour muy complicado para el danés. De todas maneras, aunque todos crean ... que la carrera está sentenciada, mantengo que no se ha acabado aún. Veremos cosas interesantes esta semana, que incluye tres etapas duras con finales en alto en Isola 2000 y el Col de la Couillole y la dura crono del domingo en Niza.

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El paso del Tour por los Pirineos, con un amplio despliegue de la afición vasca, me trae siempre recuerdos de mi participación con el equipo italiano Gewiss. Fiché por ellos en invierno de 1994. Cuando llegué allí, para mí el mundo era Oñati y sus límites eran por un lado San Prudentzio y por otro Udana. Como buen vasco, tímido y humilde, me costó socializar con quienes hasta entonces veía por la tele e idolatraba: Berzin, Rijs, Furlan...

Poco a poco, pese a que no hablaba italiano, fui entrando en el grupo. Cuando me preguntaron cómo me llamaba, les di mi nombre: Jon Odriozola Mugarza. Desaté el caos. Empezaron a mezclar mi nombre y mis apellidos. En Italia, como en Europa, se mantiene un solo apellido cuando te casas. No comprendían cómo podía tener un nombre tan largo. Al principio me llamaban Mugarza Jon Odriozola, nombre que aparece así en mi primera postal del equipo. Les conté que nosotros mantenemos el apellido de la madre y que incluso me sabía mis ocho apellidos. El asombro fue tal que cuando me presentaban a otros corredores lo primeros que les decían era que yo tenía ocho apellidos. Me reía un montón.

No ha acabado aún el bonito duelo entre el esloveno valiente y buen chaval y el danés humilde y currante

Pasaron unos años y mi amigo Ivan Cerioli me invitó a su boda. Después de la ceremonia, fuimos al restaurante y en una mesa figuraban nuestros nombres: señor Berzin, señor Frattini... y en mi sitio estaban mis ocho apellidos escritos a la italiana. Quizá debí patentar el título de 'Ocho apellidos vascos' para cuando crearon aquella película tan famosa.

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No ha acabado aún el duelo entre el esloveno valiente, echado para adelante y buen chaval con el danés humilde y trabajador, del estilo de quienes llevan ocho apellidos vascos.

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