Cuando parecía que Vingegaard había ganado la batalla psicológica a Pogacar, cuando parecía que las lágrimas del danés eran una muestra de fortaleza, cuando parecía que las declaraciones de seguridad del esloveno reflejaban debilidad, golpe encima de la mesa del maillot amarillo.

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El UAE cambió ... de estrategia. En mi casa siempre se jugaba mucho al mus porque mi padre era muy bueno. Yo no, porque siempre arriesgaba. Siempre me mojo, y eso en el mus es ser malo. El UAE mandó a sus peones para adelante. No es que fuera una estrategia tan diferente o castigase mucho menos al equipo, pero sirvió para algo muy importante: Pogacar se quitó la presión de ser él quien tenía que atacar. Otros días ponía en fila a sus gregarios y cuando el último terminaba su trabajo no le quedaba más remedio que arrancar, con todo el mundo pendiente de él.

Con esa táctica había conseguido muy pocos segundos y además no los había logrado en las subidas, sino en las bajadas. Cuando el otro día Vingegaard le volvió desde atrás mostró incluso debilidad. Con el cambio de estrategia logró quitarse esa presión. Como preveíamos, el UAE varió de forma inteligente. En vez de ser el primero en arrancar mientras los demás esperaban, jugó su mejor carta y ordenó saltar a Yates.

El UAE cambió de estrategia con inteligencia y descargó al líder de la presión de atacar

¿Qué consiguió? Visma y Soudal tuvieron que trabajar y Pogacar se tomó una pausa para observar. Se dio cuenta de que podía atacar al comprobar que nadie aceptaba ese órdago. Vingegaard jugó igual de inteligente que los días anteriores, pero cuando parecía que le podía coger de nuevo a Pogacar Yates aceleró y esos pocos segundos resultaron decisivos en mi opinión. Marcó la diferencia.

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Fue un golpe muy, muy importante encima de la mesa. Mucha gente piensa que el Tour ya está decidido y es normal. La diferencia supera los dos minutos y Pogacar demostró su fortaleza. Yo creo que no. El Tour no ha terminado, aunque debo reconocer que con sus actuaciones el maillot amarillo está demostrando que es más favorito que su rival. Las cosas, como son, pero estoy convencido de que Vingegaard no ha dicho su última palabra. Queda mucho Tour, aún estamos en la segunda semana.

Evenepoel estuvo magnífico, cerca de Vingegaard. La etapa era su primer gran test y lo superó con nota. No es que me esté sorprendiendo, venimos hablando de él desde el primer día, pero está demostrando que a este Tour ha llegado más preparado que nunca y que está cerca de los dos mejores. El belga tampoco tiene asegurado el podio, porque Carlos Rodríguez es un rival muy fuerte. Es un corredor diésel y veo difícil que falle. Se plantea un bonito duelo entre ambos por el podio.

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No me quiero olvidar de Oier Lazkano, de su valentía y de la actitud que está exhibiendo. En este Tour está demostrando que puede dar cosas muy importantes al ciclismo. Tiene condiciones y puede ser mucho mejor. Eso es importante, que un ciclista de esa fortaleza demuestre que tiene por lo menos un punto más es importante para él y le va a convertir en uno de los ciclistas más cotizados del momento.

Queda un Tour muy bonito y todavía vamos a ver muchas cosas. Hay carrera, aunque el golpe de mano de ayer de Pogacar fue muy importante.

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