Está claro que Pogacar arrasa a sus rivales y demuestra su superioridad. Parece que sigue corriendo el Giro. En Italia se paseó y todos decíamos que no tenía adversarios, que faltaban Vingegaard, Evenepoel... Pues aquí están todos, así que debe de estar corriendo el Giro ... de Francia. Es un talento de la naturaleza. El 'despiadado' agranda su leyenda.
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Recuerdo que en un Tour iba escapado en una etapa con final en Briançon. Nos marchamos en La Madeleine y ganó Savoldelli. Al coronar el Izoard, arriba del todo, me pasó como una moto Lance Armstrong. Imagínate lo que pensarían ayer Carapaz y Simon Yates, que no son Jon Odriozola, un corredor de tercera, sino ganadores del Giro y de la Vuelta a España, cuando les adelantó Pogacar. Mucho más que una moto, era un avión amarillo. Fue impresionante cómo les pasó por encima.
Despiadado quiere decir sin piedad, pero en el caso de Pogacar habría que cambiar el significado de la palabra. Arrasa, no tiene piedad, pero lo hace de tal manera, jugando, que no tiene esa maldad que sí tenía Arsmtrong, que era arrogante, antipático y le gustaba humillar a sus adversarios. Pogacar juega, gana y conversa y estrecha las manos de sus rivales en la meta. Entiende el ciclismo como un juego y hace que sea mucho más divertido.
Dumoulin le criticaba hace unos días porque no necesitaba atacar siendo el líder y porque así humillaba a sus rivales. Esas palabras están fuera de foco. Pogacar es así y respeta a los otros ciclistas, a los que choca los cinco después de las carreras, sin malos rollos.
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Está creando una leyenda. Yo pensaba que este año, después de correr el Giro y tras perder los últimos dos Tours, lo iba a tener muy díficil, pero no solo va a ganar sino que sienta un precedente. A partir de ahora va a ser favorito, va a ser leyenda en todas las carreras y también en el Tour.
Por detrás, Vingegaard y Evenepoel mantienen un duelo muy bonito. Las lágrimas de ayer del danés no son las del otro día, esta vez eran de impotencia. El Visma mandó por delante a Jorgenson y Kelderman y lo hizo para apoyar un ataque de su líder. Si no se movió fue por debilidad. Evenepoel intentó soltarle, pero no pudo. Aún hay carrera entre ambos por el segundo puesto.
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Hay que destacar el crecimiento deportivo de Evenepoel. No me ha sorprendido como corredor, pero sí por su regularidad, de la que carecía. Aún es joven y tiene margen para dar un paso más para estar en la pelea por las grandes.
El golpe de efecto de Pogacar –lo que hizo ayer fue tremendo– no es solo para este Tour sino para los próximos. El golpe encima de la mesa significa 'voy a ganar este Tour y los tres o cuatro siguientes'.
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