El Tour cumple el guion y se normaliza

Pogacar estuvo donde esperábamos, cerca de Evenepoel. Estamos viendo a un gran Pogacar. El resultado de Vingegaard entra dentro de la lógica, en su sitio. Quizá perdió algún segundo más de los previstos, pero dentro de un orden. Estuvo junto al resto de favoritos. Roglic cumplió, como el gran corredor que es. En una primera contrarreloj del Tour es habitual que todos los favoritos acaben muy cerca y, en ese sentido, no hubo sorpresas.

Dijimos que iba a ser un día para sufrir para Carlos Rodríguez y lo fue. Es lo que le tocaba y aunque estuvo algo más lejos de lo que se consideraría un resultado positivo se movió dentro del guion establecido y no fue sorprendente. Más allá de que cada uno hará un análisis de las diferencias con sus matices en función de sus intereses, lo cierto es que la crono dejó a cada uno en su sitio.

Evenepoel confirmó lo gran corredor que es y para muchos está en condiciones de pelear de tú a tú con Pogacar y Vingegaard. Yo, claramente, opino que no. Ojalá me equivoque y esté muy cerca de ellos. Tiene un talento y un nivel enormes, pero su punto débil hasta ahora ha sido la regularidad, que es una virtud clave para enfrentarse con garantías a un Tour y más con estos rivales. Pero ojalá me quite la razón porque sería bueno para el ciclismo. Bueno no, buenísimo.

Sigo sin verle cerca, le sitúo junto a Rodríguez, Roglic y algún otro en la lucha por el podio. Pero está cumpliendo objetivos, ha preparado el Tour muy bien y tiene buen apoyo en montaña. De moral también irá fuerte después de la victoria, así que hay que tenerle en cuenta. De su calidad no hay dudas.

En la meta le vi un resquicio de pena nada más confirmarse su victoria. Lo atribuyo a que estos corredores son tan ambiciosos que ayer soñaba con el maillot amarillo. Por eso se quedó un poco serio. Siempre aspiran a más y compiten todo a muerte, y aunque era casi imposible que lo consiguiese estoy seguro de que en su cabeza tenía la idea de ponerse de líder. Las figuras son vanidosas y cuando están bien tienen una confianza sin límites en sí mismos. No me sorprende ese gesto.

Sin hacer nada del otro mundo, Pogacar tiene minuto y pico sobre Vingegaard y 1:30 con Roglic. Todos los segundos cuentan y son diferencias, pero aún sigo pensando que el Tour está muy abierto. Hay que reconocer, sin embargo, que mientras la diferencia va aumentando, aunque sea poco a poco, cada vez va a estar más difícil para Vingegaard aunque la prueba de la contrarreloj fuera positiva.

La crono sirvió, como siempre, para ver las innovaciones aerodinámicas en cascos, perfil de las ruedas, bidones... Se estudian todos los detalles. En mis tiempos de corredor, solo tenían una cabra en casa los especialistas y los líderes, que la cogían de vez en cuando para entrenar. Al resto, solo nos la daban antes de la contrarreloj y al día siguiente te dolía hasta el dedo gordo del pie. Era un suplicio. La aerodinámica consistía en tumbarte todo lo que pudieras y en un casco que no te dejaba ni respirar. Han cambiado mucho las cosas, pero al final no tanto. Se gana por fuerza y por capacidad. Hay que mover los desarrollos igual. Es importante cuidar todos los detalles, pero en el fondo es lo mismo.

Hoy espero una escapada si el Alpecin no puede amarrar la carrera y apunto un nombre. Ben Healy.