La voz de la experiencia

Se acerca la ola

Quedan cuatro días para que la Grand Départ se fusione con nuestra tierra y podamos vivir de nuevo el espectáculo del Tour, de vuelta a Euskadi tras 31 años de espera

Martes, 27 de junio 2023, 06:55

4 de julio de 1992, Donostia se convierte en el epicentro de un seísmo llamado Tour de Francia. Tan lejos y tan cerca, diría el artista. Nada más y nada menos que 31 años. Tres décadas de cultura ciclista, de amor por nuestro deporte, de ... romanticismo, de vida. Quienes tuvimos la gran fortuna de vivir aquello desde el borde del asfalto lo recordamos como uno de los puntos de inflexión más potentes en nuestra pasión por el ciclismo. Cuántas veces soñé con poder ser uno de ellos. Con ser de la partida era ya suficiente. De la ilusión a lo tangible, lo que hasta ese momento solo era posible seguir desde los medios estaba ahora frente a nuestros ojos. En realidad, nunca he sido capaz de adjetivar el paso de aquel circo multicolor frente a mí.

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La vida sigue y ahora desde el balcón de la experiencia, porque los sueños también se cumplen, observo cómo poco a poco la gran ola se acerca a nosotros. En absoluto es día de borrasca, aunque por momentos lo puede parecer. A lo lejos, rompiendo la línea del horizonte, cada vez es más visible, más voluminosa, mucho más densa. Ya no hay nada ni nadie que pueda impedir que en cuatro días la Grand Départ del Tour de Francia se fusione con nuestra tierra.

Hoy quiero aprovechar mis primeras líneas en este espacio para agradecer públicamente a aquellas personas -maravilloso tándem- que muy pacientemente y con infinita personalidad fueron capaces, hace ya unos años, de conquistar al Tour de Francia. No nos vamos a engañar, el crédito generado durante todo este tiempo nos daba cierto privilegio en un cortejo cada vez más exquisito. Una tarea ardua y complicada en la que cualquier traspié podía llevarnos al abismo, paso lento y firme, sin dudas, sin precipitaciones. Creer, confianza y convencimiento, las tres ces de un buque insignia con esencia muy nuestra, muy de aquí. Eskerrik asko.

Ahora, aunque no nos demos cuenta, ha llegado nuestro momento. El de defender, el de reivindicar, el de demostrar al mundo entero por qué somos una de las aficiones ciclistas más entendidas que existen. Sé que para quien no tenga ningún tipo de atracción por el ciclismo todo lo que está aconteciendo le puede parecer una película de ficción de Paul Urkijo. Sí, es deporte, claro que es deporte, pero es que hablamos del tercer evento deportivo más importante del mundo tras los Juegos Olímpicos y el Mundial de fútbol. Es posible que yo no sea la persona más objetiva a la hora de poder hacer un ejercicio de balanza. Pros y contras siempre los hay, aunque no creo que sea ahora el momento. 'Le Tour c'est le Tour', dicen con orgullo los franceses de su carrera, la carrera con más repercusión que existe.

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Eso por lo que respecta al ámbito de la salida en Euskadi y lo que supone. Si lo valoramos en modo deportivo nos encontramos con tres etapas con mucha identidad.

Bilbao-Bilbao: Posiblemente la etapa inaugural más complicada de los últimos años en la ronda francesa. Hacía mucho tiempo que la organización del Tour no apostaba por una 'clásica' tan marcada como primera asignatura. Se trata de una jornada nerviosa, con su dureza muy centrada en la parte final del recorrido. Tanto la subida al Vivero como a Pike, esta a escasos 12 kilómetros de meta, serán claves para un pelotón emborrachado de tensión. Lo hablaremos, pero puede ser una de las etapas más complicadas de esta edición del Tour.

Vitoria-Donostia: Hablamos de una jornada sin secretos, pero especial para mí. Especial porque sale de donde yo vivo y pasa por donde nací, haciendo en este caso el recorrido en sentido inverso al que en su día cubrimos para instalarnos en Vitoria. Una etapa sin secretos, sin complicaciones. Será rápida. Sin duda, Jaizkibel será juez y parte en un proceso que tendrá sentencia firme junto al Kursaal donostiarra.

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Amorebieta-Baiona: Aunque se sale del interior de Bizkaia, podemos catalogarla como una clase magistral de geografía costera. Una tercera etapa de Tour donde el nervio ya estará algo más calmado y quizás los integrantes del circo puedan disfrutar del entorno, aunque sea solo por un momento.

La intensidad de la brisa y el tan característico olor a mar van cogiendo cada vez más fuerza. La ola se aproxima y nos debemos preparar. Habrá quien se moje y quien no, habrá quien la aproveche y quien ni siquiera se enterará. Yo, desde luego, lo que deseo es poder surfearla, gozarla y cuando llegue a tierra poder decir que ha merecido esperar 31 años para tener de nuevo al Tour en Euskadi. En su día dije públicamente que lo que venia era un tsunami, un tsunami que al impactar podía hacer daño, pero que desde luego nos dejaría más cosas buenas que no tan buenas.

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