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París. Pogacar sube al podio de los Campos Elíseos. AFP
Pogacar marca el camino del nuevo ciclismo

Pogacar marca el camino

La victoria del esloveno en París es relevante porque cuestiona la estrategia de grandes bloques que ha dominado el ciclismo desde su rehabilitación hace diez años y abre la puerta a un futuro más imprevisible

Martes, 22 de septiembre 2020, 06:35

La victoria del héroe solitario frente a un enemigo más poderoso viene alimentando las páginas de la literatura universal desde hace siglos. Iluminando las pantallas del cine desde que los hermanos Lumière filmaron a los obreros saliendo de aquella fábrica de Lyon en 1895. Alguno saldría en bicicleta. La victoria de Tadej Pogacar (UAE) en el Tour de Francia pertenece a ese género de relato épico.

El joven esloveno ha ganado en París derrotando a los dos grandes bloques de la carrera, el Ineos y, sobre todo, el Jumbo, al que arrebató la victoria el último día. Es un triunfo con enorme contenido, ya que cuestiona las bases del ciclismo actual, que se establecen cuando el Sky asienta a principios de la década pasada la renovación de este deporte y su rehabilitación tras los años de plomo, que la clasificación desierta del Tour entre 1999 y 2005 simboliza mejor que cualquier relato que pueda hacerse.

El dato

  • 12 ciclistas han ganado el Tour en su primera participación. El último que lo había logrado era Laurent Fignon en 1983.

  • Cinco repitieron: Fausto Coppi (1949), Jacques Anquetil (1957), Eddy Merckx (1969), Bernard Hinault (1978) y Laurent Fignon (1983) volvieron a ganar el Tour.

  • No lo lograron Maurice Garin (1903), Henri Cornet (1904), Louis Trusselier (1905), Jean Robic (1947), Hugo Koblet (1951) y Felice Gimondi (1965).

El equipo inglés no bebe de las fuentes tradicionales, desprestigiadas en la Europa continental, sino que se construye desde las bases del conocimiento, la preparación y la tecnología desarrolladas por el deporte olímpico británico. El viejo ciclismo de olfato y arrestos deja paso a la planificación, el cálculo y la acumulación de fuerzas. Adiós a la idea del líder rodeado de sus gregarios, de sus 'domestiques'. El Sky forma un equipo de élite en todas sus posiciones, desde el que tira en el llano a quien da el último relevo en montaña.

La victoria del genio solitario frente a los grandes bloques genera una nueva narrativa

Pogacar ha corrido sin equipo, pero el UAE tiene el segundo presupuesto del World Tour, tras el Ineos

El equipo inglés ganó todos los Tours entre 2012 y 2019 menos el de 2014 (Nibali) con una propuesta nada neutra. Un ciclismo muy ideológico, con una fe extraordinaria en el método científico, que chocó en sus inicios pero hoy es indiscutible en todos los equipos, que han avanzado mucho espoleados por el estímulo de la factoría británica. Hizo fortuna la expresión 'ganancias marginales', el aprovechamiento extremo del último detalle por insignificante que parezca.

Hay mucho más, naturalmente. Pogacar es un talento, pero también lo era Bradley Wiggins, el ciclista más importante de la historia del Sky. Sin su triunfo en el Tour de 2012 no habría sucedido todo lo demás. Luego aparecieron Chris Froome y Geraint Thomas y ficharon a Egan Bernal y a Richard Carapaz, en una política de reclutamiento voraz que ha incluido a ciclistas de la talla de Richie Porte, Wout Poels, pasando por Mikel Landa, Pavel Sivakov o, el próximo, Adam Yates. Y siempre, Michal Kwiatkowski.

El Jumbo se fijó en el modelo y quiso superarlo. Lo hizo durante 19 días, en los que dio una paliza tras otra al Ineos en su campo, en el Tour de Francia, con recitales de Wout van Aert y Roglic casi a diario y un trabajo de figuras reconvertidas en gregarios –suena la misma música– como Tony Martin, Tom Dumoulin o Robert Gesink.

Hasta que Pogacar destroza el edificio el día veinte, en la contrarreloj de La Planche des Belles Filles. Sobre los escombros del equipo inglés cae el rascacielos holandés. Y todas las verdades acordadas desde 2012, reafirmadas y mejoradas en este Tour, se ponen en cuestión. El ciclismo de bloques, de control absoluto de la carrera por la formación más poderosa, es derrotado por un genio que actúa solo, sin equipo.

30 millones de presupuesto

La historia sería maravillosa, redonda. Solo que el UAE, el equipo de Pogacar, no es un club de regional preferente, sino el segundo mayor presupuesto del World Tour, detrás del Ineos. El conjunto respaldado por los Emiratos Árabes dispone de 30 millones de euros anuales, por 42 de los ingleses. El Jumbo es cuarto en la tabla, con 20, detrás del CCC –que debía contar con 21 pero está abocado a desaparecer por problemas económicos– y empatado con el Groupama (20). El Movistar se queda en 17, según cifras de 'Sport Fortune'.

Pogacar ha ganado, pero sin duda no ha rendido a Ineos y Jumbo, que volverán para intentar ganar porque cuentan con los medios y la determinación para conseguirlo. Bernal, Carapaz, Sivakov, Roglic y Dumoulin no se van a quedar admirando lo bien que pedalea el joven del UAE.

Y Pogacar va a tener que mejorar para seguir ganando. Ha sido una victoria única, irrepetible en su estilo. Porque ya no le van a dejar correr tranquilo, a rueda de los equipos más fuertes, sino que va a ser el hombre a batir y le van a atacar por todos los lados. En cierto modo, ha tenido un Tour tranquilo, porque no ha asumido más obligaciones que atacar cuando se ha visto bien. El peso, muy grande, de controlar la carrera lo han llevado otros y se ha beneficiado.

Ahora es el campeón y esa responsabilidad recaerá sobre él, lo que supone un reto descomunal para el UAE, al que en algunos medios franceses ya han empezado a poner la lupa por el pasado de algunos de sus responsables deportivos, como Gianetti y Matxin, en equipos de mal recuerdo como el Saunier Duval. Con todo eso deberá lidiar. Y el UAE necesitará optimizar sus recursos, porque su nivel deportivo no es acorde al gasto que supone. Con el mismo equipo que este año Pogacar perdería el próximo Tour.

Porque es evidente que ha cuestionado el consenso sobre la mejor forma de ganar, pero ya no es 1959 y no corre Bahamontes. Está bien lo del genio solitario, pero sin una solidez y una constancia en el rendimiento es imposible alcanzar el éxito en un ciclismo tan igualado como el actual. A la hora de la verdad, cuando todos los líderes se queden cara a cara, Pogacar volverá a tirar de talento y es lo que le dará nuevos triunfos, pero necesitará asegurarse de que llega a ese escenario y requerirá un equipo que pueda manejar la carrera.

El Ineos ha puesto en marcha su factoría de pensar y lo mismo hará el Jumbo, tras la durísima derrota. Pogacar ha enseñado un camino nuevo, más bonito, y ha mejorado el ciclismo, como hacen los grandes.

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