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Me parece un milagro que el Tour de este año comience. Y será otro milagro que llegue a París, aunque la organización haya suavizado las ... medidas planteadas en un principio en relación con el coronavirus. Me parecía desmesurado que mandaran a la calle a un equipo por dar positivo dos de sus componentes, fueran corredores, directores, mecánicos, auxiliares o relaciones públicas. Por lo menos, han acotado el 'castigo' a casos de ciclistas. De cualquier manera, sigo pensando que estamos ante el Tour de Francia de los milagros.
Durante los últimos años he repetido en mi primer comentario que me sobraban los dedos de una mano para contar a los favoritos. Esta vez, sin embargo, me faltan dedos en las dos manos. Y eso que no están ni Chris Froome, ni Geraint Thomas. Ahí va mi lista, en un orden no aleatorio: Roglic, Dumoulin, Bernal, Landa, Pogacar, López, el Quintana de principio de temporada, Pinot, Carapaz, Adam Yates y seguro que me dejo alguno en el tintero.
Tengo perdida recientemente una apuesta ajena al Tour en el Lugaritz. Y tengo pendiente otra relacionada con la ronda gala que si la pierdo, ya puedo olvidarme de pronósticos y dedicarme al oficio de sexador de pollos. Salí al paso de los que aseguran que habrá tres colombianos en el podio de París. Tres colombianos entre los tres primeros de la general. Lo decían convencidos...
Me ha impresionado el equipo Team Jumbo de Roglic y Dumoulin en las carreras que hemos visto durante el último mes. Desde luego, no lo pondría por debajo del mejor Sky. Ha demostrado poseer ese nivel.
Me ha extrañado que Ineos haya dejado fuera del ocho titular a Geraint Thomas. Todavía me acuerdo de su comportamiento del año pasado en el Iseran, en la etapa que detuvieron con Bernal por delante. De poco le ha valido al galés comportarse como un gentleman aquel día. Iba en butaca, todo se le había puesto a favor... y un año después ni siquiera participa en el Tour. Me parece más comprensible la decisión en el caso de Chris Froome, todavía en proceso de recuperación tras sus graves lesiones.
No incluyo en el amplio grupo de favoritos a Alaphilippe. Justo cuando reventó en la pasada edición, pensé para mi interior que el francés no volvería a disputar la general del Tour. Lo que hizo fue memorable, pero me parece irrepetible. Ganará etapas, incluso la Montaña, pero eso de llegar vestido de amarillo a París...
El Covid-19 va a perseguir a este Tour. Habrá un control total de los movimientos. Al parecer, los equipos estarán distribuidos por plantas dentro de los hoteles para no coincidir. Imagino que separarán a los ciclistas en los comedores con ese mismo fin. Como en mis tiempos de corredor... No había hoteles suficientes en Francia y en determinados lugares ocho o diez equipos nos alojábamos en un colegio. Así, dormías un día en un hotel de primera, al siguiente en uno de tercera y en otra ocasión te tocaba en una escuela, donde coincidías con compañeros y rivales.
En el primer Tour que ganó Eddy Merckx, el de 1969 tras la descalificación en el Giro, le tocó descansar en un colegio. Los responsables de su equipo le llevaron junto a sus compañeros a un hotel. Cenaron y cuando estaban a punto de subir a las habitaciones, les llegó una comunicación de los organizadores: si no volvían a la escuela, les impedían tomar la salida al día siguiente. Regresaron. Así de estrictos eran Levitan y Goddet, quienes al menos desde ese punto de vista trataban igual a todos los corredores. Alguno dirá que era una dictadura. Vamos a dejarlo en disciplina férrea.
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