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Remco Evenepoel (Quick-Step) ha corrido en Elche y el resto, en el extranjero. En otro país. Más aún, en otro mundo. Bajo las palmeras eternas y un calor intemporal que igualan las dos riberas del Mediterráneo, el líder de la Vuelta ha sacado de carrera a todos sus rivales en la contrarreloj camino de Alicante. Aventajó en 48 segundos al segundo, Roglic (Jumbo), y le aleja a 2:41 en la general. Nadie más está por debajo de los tres minutos. Evenepoel corre una carrera que el resto ve desde lejos, con ojos extraños de viajero desorientado por la velocidad, el calor y el paisaje. ¿En qué orilla estoy?
Las palmeras de Elche lo han visto todo desde que existe la historia. Los romanos ya iban tarde cuando llegaron. «¡Oh palma! Tú eres, como yo, extranjera en occidente, alejada de tu patria», cantó Abderramán a estos árboles que marcan el paisaje y escoltaron este martes a los corredores en una crono rapidísima, a 55,7 kilómetros por hora de media. No parece nuevo eso de sentirse fuera de lugar en estas tierras. La historia siempre ofrece consuelo. A Evenepoel, un hombre del norte, no le afectaron el calor ni las sutilezas mediterráneas, que desdeñó con la distancia que da la superioridad.
La Vuelta esperaba el golpe de Evenepoel y llegó. La contrarreloj es su terreno y después de haber dominado la montaña frente a los especialistas este martes era su momento. Fue campeón europeo y subcampeón mundial en 2019, bronce en el Mundial y en el Europeo 2021 y esta temporada había sido segundo en Tirreno-Adriático (tras Filippo Ganna) e Itzulia (Roglic), pero ganó en Suiza y en el campeonato de Bélgica.
Corredor Km 10,4 Km. 21 Meta
1. Remco Evenepoel 11:05 22:11 33:18
2. Primoz Roglic a 21 a 37 a 48
4. Carlos Rodríguez a 30 a 56 a 1:22
5. Pavel Sivakov a 21 a 51 a 1:27
7. Simon Yates a 23 a 1:00 a 1:42
8. Tao Geoghegan Hart a 40 a 1:17 a 1:46
9. Miguel Ángel López a 27 a 1:07 a 1:47
10. Enric Mas a 24 a 55 a 1:51
15. Joao Almeida a 39 a 1:14 a 2:13
17. Juan Ayuso a 33 a 1:20 a 2:17
44. Jai Hindley a 53 a 2:10 a 3:48
No le pesaron ni la responsabilidad, ni el maillot rojo, ni estar disputando su segunda vuelta de tres semanas a los 22 años. Su actuación fue inapelable, de principio a fin. Su compañero Rémi Cavagna salió a marcar el camino, como hacen los sherpas a quienes aspiran a conquistar el Everest. El francés, que es una locomotora, delimitó las balizas a la perfección. En el primer paso cronometrado todos los favoritos se movieron en un margen de diez segundos con su referencia. Una carrera compacta, coherente. Pero llegó Evenepoel y rompió el equilibrio: 21 segundos más rápido.
Con los pedazos de la carrera desperdigados por el asfalto, el belga no hizo más que aumentar su ventaja. A Roglic, 37 segundos en el segundo parcial y 48 en meta. Mas (Movistar), de nuevo bien, esta vez en un terreno que conspiraba contra él, evitó que el líder le doblara. Salió dos minutos a su espalda y llegó nueve segundos más tarde. Suficiente para evitar una foto que habría distorsionado la actuación del mallorquín, décimo en la etapa, es decir, un extranjero más.
Los destrozos no tuvieron arreglo. Roglic, campeón olímpico de la modalidad, peleó hasta el final y levantó de la silla caliente de meta a Cavagna, pero nada más. El esloveno ve alejarse su cuarta Vuelta. Los dátiles, gesto de hospitalidad a veces, tuvieron sabor amargo este martes para el líder del Jumbo, que pese a todo se mantiene en pie. Quedan casi dos semanas completas por delante.
Tras diez etapas, la general de la Vuelta es un solar, con diferencias antiguas. Tres minutos al segundo clasificado, cuatro al cuarto, cinco al sexto, casi ocho al décimo... Con los números en la mano, todo depende de Evenepoel. Solo él puede perder la carrera.
Pero las palmeras de Elche saben, por viejas, hay algunas de más de 300 años, que la procesión no termina hasta que pasa el ultimo cura. Que lo que hoy es una catedral, ayer era una mezquita. Y Evenepeol nunca ha terminado una vuelta grande. Lo más que ha acumulado son las 17 etapas que disputó en el Giro del año pasado. En la décima iba segundo, en la 15ª séptimo, un día más tarde 19º y en la 17ª cayó al puesto 27º, antes de abandonar. Ese es su único peligro, pero la situación no tiene nada que ver.
Aquel Giro era su primera carrera después de ocho meses de baja tras la caída de Lombardía el agosto anterior. No había corrido ni un critérium de calentamiento, se presentó en Italia a pecho descubierto. Esta vez llega tras una temporada completa y exitosa y tras una preparación específica para esta Vuelta, con concentraciones en altura y también en la zona de Alicante, que le hacen sentirse cómodo en jornadas abrasadoras como la de este martes.
Parece que todo quedará en una disputa por acompañarle en el podio, sueño en el que dio un paso adelante Carlos Rogríguez (Ineos), que se sacó de la manga una crono bonita. El andaluz, de 21 años, tiene hechuras de ciclista y la cabeza clara. Juan Ayuso (UAE), por su parte, corrió enfermo, con dolor de cabeza. Aguantó bien el tipo, en cualquier caso.
Y ahora la Vuelta afronta el recorrido por el gran sur. ¿Dónde queda Utrecht? Empieza otra carrera, pero con las cartas marcadas. El sol siempre castiga más unas espaldas que otras.
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