El fruto de mucho trabajo

Vimos el movimiento del UAE de Matxin, que vive por esa zona de Cantabria. Le dio un poco de emoción a la etapa y aunque no sirvió para gran cosa sí demostró que no te puedes descuidar en ningún momento porque te puedes llevar una sorpresa desagradable.

Jakobsen remató bien el trabajo de lanzamiento... del Alpecin. Poca ayuda tuvo de sus compañeros, pero fue el día que más fácil ganó. Igual no le van los trenos, un concepto de los tiempos modernos. Fue Cipollini quien instauró esta forma de trabajar todo el equipo, no uno o dos lanzadores, para el sprinter. Y no en la llegada, sino desde muchos kilómetros antes. A él le iba bien ese tipo de sprint, pero hay otros que prefieren apañárselas ellos solos, como Caleb Ewan o Freire. Otros, como Démare o Cipollini, si no tienen lanzador, es imposible que ganen. Jakobsen no necesitó a su equipo al final.

Hoy, la carrera llega a los lagos de Enol. Me viene el recuerdo de la Vuelta de 1983, cuando entró la televisión en las casas. Iba escapado Machín –no Matxin, el director del UAE– y decían que eran los 'Lagos de Hinault', pero el que ganó fue Marino Lejarreta, que ese año se adjudicó tres etapas y el maillot de la regularidad, que en aquella edición era azul.

Marino acabó la Vuelta segundo de la general detrás de Hinault, pero él siempre se ha sentido mucho más orgulloso de ese segundo puesto que de la victoria del año anterior después de la descalificación de Ángel Arroyo.