Ben O'Connor, en la etapa de este miércoles en Padrón, donde se dejó 37 segundos con el resto de favoritos. AFP
11ª Etapa | Padrón | 178,2 KMS

Hora tras hora, día tras día, pasa la vida

Roglic ataca a O'Connor, le resta otros 37 segundos y deja su desventaja en 3:16, en una pelea que se anuncia larga y agónica para el australiano

Jueves, 29 de agosto 2024, 02:00

Llegando a Padrón, Roglic (Bora) le leyó un poema de Rosalía de Castro a Ben O'Connor (Decathlon) para explicarle cómo están las cosas. 'Hora tras hora, día tras día, como torrente que se despeña, pasa la vida'. La estrategia del esloveno para desbancar al ... líder de la Vuelta está clara. Es una tarea de desgaste, de largo aliento, de insistir hasta que caiga la pieza. Hoy, mañana, la semana que viene. Este miércoles, en la subida a Cruxeiras, dura y violenta, le arrebató 37 segundos, que se suman a los 56 de Cazorla, otra rampa de tercera. Un minuto y 33 segundos que descuenta en un goteo de tiempo agónico para el australiano, al que somete a tensión psicológica.

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A O'Connor no solo se le fue Roglic, sino que con su gran rival también marcharon Enric Mas (Movistar), Mikel Landa (Soudal), Carlos Rodríguez (Ineos) y Mattias Skjelmose (Lidl-Trek). Salta a la vista que sus rivales han detectado su punto débil a estas alturas del Vuelta: las subidas cortas e intensa, donde sufre más que en los grandes puertos. Cedió en Cazorla y lo hizo este miércoles en Cruxeiras, mientras que se mostró fuerte en la etapa de Granada, donde incluso recuperó cuatro segundos con las bonificaciones.

La etapa fue en un circuito en Padrón, en torno al parque tecnológico de Cortizo, patrocinador de uno de los equipos destacados del campo aficionado. Junto al museo de Rosalía, convertida en un icono popular. Seguramente no tanto como su tocaya catalana, pero su figura está más viva que nunca en las calles y en las escuelas y su rostro aparece a lo Andy Warhol en las camisetas de moda. Su feminismo sigue dando luz 140 años después de su muerte, su épica de las mujeres pobres ('viudas de vivos y muertos, a quienes nadie consuela'), como el camino que abrió al idioma gallego. Su salto de romántica a pionera, de santa a rebelde.

Eddie Dunbar celebra su victoria en Padrón tras resolver la escapada AFP

A Rosalía los señores de la tierra le amenazaban con la mirada, a O'Connor le empiezan a salir rivales de debajo de las piedras. Con las cuatro etapas que quedan hasta el domingo, su maillot rojo peligra. Quizá a Roglic le interese más la estrategia de día a día, hora a hora que la del torrente que de despeña de un solo golpe, porque eso le obligaría a asumir el control de la carrera. Que el Decathlon la gobierne a la manera clásica, como han hecho los equipos de los líderes toda la vida, tirando en cabeza en solitario, le viene de maravilla. El Bora solo cogió las riendas en la subida final y fue para hacaer trizas el grupo. Lo seleccionó Vlasov y remató Roglic.

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Ion Izagirre, en la escapada

Los franceses se inquietaron por la presencia de George Bennett (Israel) en la escapada. El neozelandés estaba a menos de diez minutos y la fuga se iba a los seis de ventaja. La etapa, como estaba escrito, se decidió en la fuga. Al no meterse Van Aert (Visma), había incertidumbre. Ion Izagirre (Cofidis), que lee en gallego, francés y el idioma que haga falta, vio la jugada clarísima. Se metió en la fuga –donde también se filtró el urretxuarra Xabier Isasa (Euskaltel)– con toda la idea. Con el resto de viejos lobos de mar de la travesía (Narváez, Verona, McNulty, Valter, Oomen...) regularon en Cruxieras seguros de volver a cabeza a tiempo. Al llegar, a poco más de un kilómetro, el ormaiztegiarra lanzó su ataque. Tuvo mala suerte porque Verona le cerró sin darse cuenta. Aprovechó el irlandés Dunbar (Jayco) para el contraataque. Fue el bueno. El que fuera gran promesa en el Sky y el Ineos, logró a los 27 años su gran victoria.

O'Connor llegó 37 segundos después de sus rivales y escoltado por los mejores gregarios de Roglic. Una situación incómoda. Día a día, hora a hora. El sonido de las manecillas del reloj va a martillear al australiano hasta Madrid. Un desafío físico y psicológico.

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La etapa se disputó en un circuito, con gran respaldo del público

La Vuelta diseñó una etapa en un circuito, propuesta poco habitual en las grandes Vueltas. Sin embargo, es un formato que merece atención. A los corredores no les gusta mucho, pero al aficionado le da la oportunidad de ver la carrera mejor. Es un modelo que ya usan pruebas de prestigio como el Tour de Flandes o la Clásica de Ordizia, y habitual en la Copa de Francia.

También se podría estudiar como alternativa para el ciclismo base, con los graves problemas que hay con Tráfico por ejemplo en Gipuzkoa para diseñar los recorridos. Hacer ciertos tramos en circuitos podría ofrecer soluciones.

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