Aita, ven rápido

Bien Pacher, pero conformista. Tuvo miedo de intentarlo. Me recordó a alguien. Fui segundo en una etapa de la Vuelta a España en Teruel detrás del gran Frank Vandenbroucke y en otra superado por Félix Cárdenas en La Molina. ¿Mala suerte? ¿Despiste? No. Sencillamente, miedo a ganar.

Por suerte, con los años he cambiado mucho. Si soy el director de Pacher le digo que se ponga a rueda de Van Aert, no le pase a ni un relevo y guarde para darlo todo en un ataque en la parte más dura. El francés nunca ha ganado una carrera en profesionales y es por eso mismo. Yo era igual, un cobarde, un guipuzcoano que como iba a hacer segundo no se atrevía a atacar.

Por eso soy mucho mejor director de lo que fui como corredor. Mucho más temperamental. Hay que ser valiente y no conformista, eso ya lo fui de ciclista. Habría analizado el recorrido y le habría dicho a Pacher que se pusiera a rueda, que se hiciera el muerto, que bajara al coche a por bidones... Lo que fuera, a ver si conseguía poner nervioso a Van Aert, que de todas formas iba a darlo todo, y atacar a muerte en el sitio elegido. De todas formas, habría sido muy, muy difícil conseguir nada, pero lo habría intentado. Luego, se le pide perdón a Van Aert y no pasa nada.

Me llamó la atención la novatada de Soler al dejarse caer al coche en el momento decisivo. Todos sabemos que Van Aert iba a anticipar para subir a su ritmo. Ya le conocemos. Tenía que hacer lo que hizo, así que no entiendo cómo Soler se fue al tercer coche de la fila antes del sprint, momento en el que Van Aert podía aprovechar su arrancada. Son cosas que te pueden costar una carrera y luego demostró que podía haber tenido opciones. No se quedó porque reventara.

Para los favoritos fue solo un día de desgaste. Cuando Bora tiró y después Roglic paró, algunos vieron debilidad del esloveno. Yo no la veo. Seguramente, solo se trató de entrar bien colocados y hacer sufrir a alguien. En todo caso, las dudas se van a despejar pronto. El fin de semana se disiparán.

En la etapa de este miércoles espero otra escapada. ¡Y que a nadie le dé miedo ganar!