![La Vuelta: «Me juego una cena a que Roglic gana la Vuelta 'con una pata'»](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202208/24/media/cortadas/amigos-irun-la-vuelta-kDKB--1248x770@Diario%20Vasco.jpg)
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El trasiego de gente por las calles de Irun comenzó pronto, hacia las diez de la mañana, cuando el primer autobús, el del Euskaltel-Euskadi, no aparcó hasta las 10.50 horas. Algunos llegaron andando, otros en transporte público y muchos otros en bicicleta, como Kiko Ruiz y Martín Galar. Estos dos amigos, de Errenteria y Oiartzun, hicieron cuarenta kilómetros, «vuelta cortita», para pararse «a ver el ambientazo. No hay afición como esta y es una pena que no se haga más. Me acuerdo cuando el Tour salió de Donostia, fue un espectáculo», recordaba Ruiz.
Absolutos fans de Van Aert, «el mejor del Tour sin duda», se jugaron una cena al ser preguntados por sus favoritos para la carrera. Ruiz afirmó tajante que «Roglic va a ganar la Vuelta 'con una pata'» y Galar, que no confiaba mucho en ese pronóstico, le alargó el brazo y se dieron la mano. «Una cena. Carapaz no andará mal y vamos a ver si Evenepoel aguanta». Insistieron en que este redactor también acudiera a dicha celebración, por lo que quedaremos pendientes de la resolución de la apuesta. Roglic, en su día de estreno con el maillot rojo, estuvo escondido y no salió del autobús hasta las 12.25 horas, diez minutos antes de que se cerrara el control de firmas, para ir después directo a la salida.
En la salida se reunió todo tipo de público. Los aficionados mayores veían con alegría el relevo que van a tener para mantener la llama del ciclismo vivo, porque no fueron pocos los niños que, en brazos de sus padres, iban vestidos con maillots del Reynolds, del Jumbo-Visma o portaban el arcoíris de campeón del mundo. Otros, más adultos, jugaban a adivinar quién era el ciclista que pasaba al lado de ellos. «¡Valverde!, ¡Froome!, ¡Carapaz!...». Hasta que llegó el Quick Step, donde hay un serio problema. «¡Remco!». Pero no. El 137, Ilan van Wilder, levantó los brazos resignado. Tiene un gran parecido con Evenepoel y el pobre chaval está cansado de que le confundan. Clase tiene, pero no tanta.
La salida no solo la disfrutaron los guipuzcoanos, sino también aficionados llegados de otras nacionalidades. Estando en Irun, no podían faltar los franceses. Uno se colocó al final del Paseo Colón y se dedicó a detener al mayor número de compatriotas para que le firmaran la bandera de Francia. Hizo una buena colección. Otros preguntaban a los municipales dónde estaba pensado que el autobús del Groupama aparcara. Thibaut Pinot despierta pasiones, menos Rudy Molard, el nuevo líder de la Vuelta a España. Y todos ellos se reunieron en el control de firmas y en la presentación de los corredores para ovacionar a los suyos. Bryan Coquard (Cofidis) fue vitoreado como si se tratara de un campeón del mundo. Y también hubo colombianos. Plantados delante del autobús, se pasaron la mañana gritando delante del Education First «¡Rigo, Rigo, Rigo!» esperando una foto con Urán.
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