La lucha de clases

Aplastados por el peso de los equipos World Tour, situados al otro lado de una brecha deportiva y económica enorme y creciente, los ProTeam buscan cualquier oportunidad para asomar la cabeza ¿Pero qué aporta a los tres equipos una empresa descabellada? Todas las escapadas tienen pocas opciones de llegar, pero si no hay opciones ni siquiera de competir el intento se queda en un limbo extraño. No es la primera vez que sucede.

El año pasado, en la decimotercera etapa, camino de Villanueva de la Serena, otra tierra dura como la de Almería, se produjo la misma escena. Entonces, los protagonistas fueron Maté (Euskaltel), Cuadros (Caja Rural) y Rubio (Burgos) y la crueldad con la que el pelotón gestionó la fuga fue calcada a la de este miércoles.

¿No era mejor parar y pelear por formar una escapada competitiva, que casi seguro que no llegue pero dé guerra? La culpa no es suya, pero una cosa es ser modesto y otra, dócil.

Lo de este miércoles no fue una etapa, fue la subcontratación de una jornada de calma adicional por parte de los equipos grandes, donde tampoco es oro todo lo que reluce, ni mucho menos. Sin embargo, sí lo suficiente como para regalarse una jornada de tranquilidad a costa de los pobres. Tristemente, el espíritu de los tiempos.

Y luego, otra cuestión estuvo sobre la mesa todo el día, después de que cinco bajas más por Covid dejasen el pelotón mermado y temblando de miedo por lo que puede pasar en adelante. Cayeron dos piezas de caza mayor, del Top-10, Simon Yates (BikeExchange) y Pavel Sivakov (Ineos). Naturalmente, los modestos también se llevaron su parte: Roger Adrià, Héctor Carretero y Pau Miquel dejaron en cuadro al Kern Pharma.

En el deporte en general hay una exigencia de ejemplaridad que no se da en la vida real. Un purismo extravagante. En el ciclismo, el fenómeno se lleva al paroxismo. Asintomáticos acuden a su trabajo a diario en todos los sectores productivos, no así en el ciclismo. A casa. Y eso generó en algunos ciclistas dudas sobre la legalidad de esa decisión, sobre si altera o no su derecho al trabajo. El equipo Kern Pharma no estaba muy contento. En el caso de Yates, el inglés se sentía mal y no cabía otra opción, por mucho que su baja supone un problema muy importante a un equipo que se juega la permanencia, aunque el triunfo en el sprint de Kaden Groves fue un espaldarazo para los australianos. El Ineos asumió con resignación el adiós de Sivakov.

Y a Evenepoel, que no le llega la camisa al cuerpo. Duerme solo en la habitación y adopta todas las medidas imaginables para no contagiarse, pero el peligro es grande. Además, este miércoles perdió a su mejor apoyo, Julian Alaphilippe, retirado por una caída tonta a setenta kilómetros de meta después de un día sin ningún peligro.

En ese tramo final, Evenepoel sintió la soledad del líder. Queda media Vuelta y no faltan grandes dificultades. La ausencia de una figura dominante como la de Alaphilippe se dejará notar, aunque el maillot rojo cuenta con una ventaja enorme. Mucho en que pensar camino del Cabo de Gata.