Octubre palomero...

Tengo confianza en Dumoulin. Después de todo lo que trabajó para Roglic en el Tour, ahora puede ser al revés. Ya dije entonces que creo que en Francia le sacrificaron demasiado pronto, que le hicieron trabajar antes de lo necesario. Al final, les salió mal. Mi apuesta es por el holandés. Me gusta arriesgar un pronóstico.

No es habitual que una carrera de tres semanas empiece con una llegada en alto. Arrate acogerá la meta y el desenlace de la etapa dependerá de las ganas con que se afronte la subida. No es un puerto para marcar diferencias. Cuando hacía daño era en otra época, con aquella carretera áspera que tenía. Pero Arrate no deja de ser una subida exigente.

No tiene secretos para mí. La conozco desde juveniles, cuando solíamos ir allí a ver a los Bahamontes, Loroño, Julio Jiménez, Karmany y compañía. Íbamos mucho. Luego, allí gané un Campeonato Europeo de Montaña y una etapa de la Vuelta al País Vasco. En cambio, cuando se hacía la subida en frío, no se me daba bien, necesitaba que hubiera kilómetros por delante.

Tengo curiosidad por ver a Froome. Es toda una incógnita, pero supongo que si viene será porque al menos está con ganas. Otra cosa será ver el nivel deportivo que pueda dar.

Factor a tener en cuenta será el meteorológico. Octubre palomero, pero noviembre... El frío puede afectar muchísimo al desarrollo de la carrera, más de lo que mucha gente piensa. La diferencia de correr con calor a hacerlo con temperaturas como las que se pueden encontrar los ciclistas en esta Vuelta, y no digamos nada si se añade la lluvia, es abismal. Puede provocar grandes desfallecimientos. Veremos.