El paso de la Vuelta a España por Larrau ha dejado la mejora del tiempo de ascensión respecto al bautizo del puerto de 14,9 kilómetros al 8% de pendiente media. Remco Evenepoel (Soudal) y Romain Bardet (DSM) han completado la subida en 46 minutos y 35 segundos, superando de esta manera en veintiocho segundos los 47:03 que registró Richard Virenque en el estreno del puerto en el panorama mundial en el Tour de Francia de 1996. Son referencias tomadas desde la retransmisión de ambas etapas al paso por el albergue de Laugibar.
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El grupo de los favoritos, con el trío de los Jumbo Roglic, Kuss y Vingegaard, Ayuso (UAE), Mas (Movistar) o Uijtdebroeks (Bora), han subido Larrau en 48 minutos y 19 segundos, perdiendo casi dos minutos respecto a la pareja de cabeza.
Lejos de esos tiempos están los mortales, que gracias a las aplicaciones digitales se pueden medir con los profesionales. La suerte del ciclismo es que permite probarte en las endiabladas pendientes de un puerto escasas horas antes de que el pelotón vuele sobre el mismo terreno en el que te has retorcido de sufrimiento.
El Diario Vasco también se embarcó en esta aventura para tratar de plasmar esas diferencias lógicas e irrefutables visualmente sobre el papel o, en este caso, sobre la pantalla. Nos vestimos de ciclistas y nos echamos a la carretera para encontrar respuesta a la siguiente pregunta: ¿Con cuánta antelación debe un cicloturista salir para que los Virenque o Indurain del Tour de Francia 1996 o los Vingegaard o Evenepoel de esta Vuelta no le pillen antes de alcanzar la cima?
Además de la respuesta obvia, que es mucha antelación, en números se traslada a que culminamos Larrau con un tiempo de 1h34:06. Eso quiere decir que necesitaríamos salir 47 minutos y tres segundos antes que Virenque, 44:44 antes que Indurain y 47:31 antes que Evenepoel y Bardet para cruzar la pancarta de 'fin de puerto' al mismo tiempo que ellos. O saliendo a la par desde el albergue de Logibar, punto que indica el comienzo de la subida, deberían pararse todo ese tiempo tomando un café, comiendo un pintxo de tortilla y leyendo el periódico para no pasar como aviones a nuestro cicloturista.
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La etapa 17 del Tour de Francia de 1996 fue planificada como un homenaje a Miguel Indurain en su intento de lograr la sexta victoria general en la ronda gala, y por eso terminaba en Pamplona después de 262 kilómetros entre Argeles-Gazost y la capital navarra. Sin embargo, Indurain ya había perdido tiempo las jornadas anteriores y en aquel 17 de julio ya estaba descolgado para cuando el Tour llegó por primera vez a los pies de Larrau, a 120 de meta.
El grupo de cabeza de carrera, formado al final de la ascensión por Virenque, Dufaux (Festina), Riis, Ullrich (Telekom), Leblanc (Polti), Ugrumov (Roslotto), Escartín (Kelme) y Luttenberger (Carrera Jeans), aventajaba en dos minutos y medio al grupo de perseguidores al comienzo de la subida. Gracias a la retransmisión íntegra que está disponible en YouTube ha sido posible medir el tiempo de subida de cada grupo, desde el albergue hasta la cima con un margen de error de unos escasos segundos. Los líderes realizaron el esfuerzo en 47:03 y el grupo perseguidor con Indurain (Banesto), Olano o Rominger (Mapei), en 49:22.
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Por lo tanto, nuestro tiempo de 1h34:06 es justamente el doble, 47:03 minutos más que el de Richard Virenque, el primero en coronar en 1996; 44:44 más que Indurain; y 47:31 más que Evenepoel y Bardet.
El pelotón de la Vuelta ha subido en menos de 24 horas el Tourmalet y Larrau. Tienen el esfuerzo fresco en sus piernas para poder llegar a la conclusión de qué puerto es más duro. Por números, el Tourmalet desde Luz Saint-Sauveur parece más exigente a primera vista. Aunque tiene un 0,6% de pendiente media de menos, es cuatro kilómetros más largo que Larrau. Además, asciende 1.405 metros hasta los 2.115 de altura sobre el nivel del mar, mientras que en Larrau la cima está a 1.579 metros tras los 1.184 que se ascienden. Ni siquiera llega a los 1.800 metros, punto en el que la falta de oxígeno comienza a notarse.
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¿Qué hace entonces a Larrau tan temible? Sus rampas.
Lo que hace reducir su desnivel medio son los dos tramos de bajada o falso llano que tiene. Uno a su paso por la propia localidad de Larrau y el último después del Col de Erroymendi, entre el kilómetro 10,5 y 13. Sin esas dos 'relajaciones', y si contamos solo los kilómetros que miran al cielo, la media sale a 11 kilómetros con rampas medias del 10%.
El de 2023 ha sido el tercer paso de un pelotón profesional por Larrau. El primero fue en la etapa 17 del Tour de Francia de 1996, que fue planificada como un homenaje a Miguel Indurain en su intento de lograr la sexta victoria general en la ronda gala, y por eso terminaba en Pamplona después de 262 kilómetros entre Argeles-Gazost y la capital navarra. Sin embargo, Indurain ya había perdido tiempo las jornadas anteriores y en aquel 17 de julio ya estaba descolgado para cuando el Tour llegó por primera vez a los pies de Larrau, a 120 de meta.
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El segundo fue en la etapa 16 del Tour de 2007. De ese día no ha sido posible encontrar las referencias de tiempo de subida. Se subió Larrau en el kilómetro 65 de los 218 que había que recorrer entre Orthez y el Aubisque y el primero en coronar fue el tafallés Chente García Acosta (Caisse d'Epargne).
El primero en coronarlo en esta Vuelta ha sido todo un campeón, Remco Evenepoel, y ojalá no tengamos que esperar 16 años para ver de nuevo a los mejores ciclistas del mundo sufriendo en las rampas de Larrau.
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