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Champions, Guernalec, Xabier Isasa y Gregaard, en la escapada AFP
El trabajo duro, para los demás

El trabajo duro, para los demás

Groves gana al sprint su tercera etapa en la Vuelta después de que el pelotón cazase a la fuga donde rodaba Xabier Isasa enlas calles de Santander

Iñaki Izquierdo

Miércoles, 4 de septiembre 2024

El trabajo duro tiene una inmerecida buena fama, como prueba el hecho incuestionable de que todo el que puede se lo deja a los demás. Xabier Isasa (Euskaltel) y sus compañeros de escapada conocieron todas las fábricas de Cantabria, el humo de las chimeneas, la carbonilla negra del asfalto y las virutas de hierro caídas en los arcenes pero fue entrar en la ciudad de Santander y enfilar sus hoteles, cafeterías y casinos de El Sardinero y cambiar la fotografía. Del mono, al traje de tres piezas al pasar junto al palacio de la Magdalena. Kaden Groves (Alpecin) se mojó porque llovía pero si llega a hacer sol habría llegado con la camisa planchada, sin una arruga, perfecto para la foto del ganador.

Para eso, el australiano también había delegado el trabajo sucio en sus compañeros, que se dieron una paliza de consideración. La escapada del urretxuarra, el no menos duro bretón Thibault Guernalec (Arkea), Thomas Champion (Cofidis) y el danés Jonas Gregaard (Lotto) dio mucha guerra. Salieron nada más empezar como quien va al matadero y la tormenta que cayó encima de la carrera hizo que nadie envidiara su destino. Por el contrario, todo el mundo prefirió bajar al coche al por el chubasquero que tirar para delante en busca de alcanzar a los escapados. Pero la cosa se complicó.

Isasa, que ya firmó una escapada en solitario plena de emoción camino de Córdoba, sufrió en la parte central de la jornada, en los dos puertos de nombre bien puesto que tenía la etapa: alto de la Estranguada y alto del Caracol. Era consciente de que volvería y que la fuerza haría falta al final. A cuarenta kilómetros de meta, cuatro minutos de ventaja y el duelo servido. La cuenta de la vieja, un minuto recuperado cada diez kilómetros, enviaba la resolución de la etapa a las calles de Santander. Y así fue.

Los cuatro de cabeza se entendieron bien y acertaron estratégicamente en la gestión de fuerzas, dejando gas para la parte final cuando el pelotón apretase en serio. El Alpecin recibió por detrás la ayuda del Kern Pharma, confiado en las opciones de Pau Miquel, y el DSM también empujó. Pero es la tercera semana y no hay frescura. Al Alpecin le iba a faltar gente y esa fue la esperanza para los escapados. «En algún momento hemos pensado que podíamos llegar», confesó Isasa.

La caza tuvo lugar ya en Santander y hubo intentos de romper el sprint, de la mano de Schmid (Jayco) y Campenaerts (Lotto), pero el Alpecin se las arregló para guardar a Planckaert para el último relevo. Groves hizo el resto y batió con suficiencia a Pavel Bittner (DSM), ganador del sprint de Sevilla.

Con el verde de Van Aert

La de Santander es la tercera victoria del australiano en esta carrera y en la temporada. No había levantado los brazos hasta que se presentó en la salida de Lisboa y sentía la presión de un equipo acostumbrado a ganar con Van der Poel y Philipsen. Ya tiene 19 triunfos en su palmarés y los últimos seis son etapas en la Vuelta a España. En 2022 ganó otra.

Ayer se impuso vestido con el maillot verde, en sustitución de Wout van Aert (Visma). El belga, retirado por caída del martes, no sufre «ninguna fractura», confirmó ayer su equipo. El Visma explicó que «tuvo que abandonar a causa del intenso dolor en la rodilla provocado por una herida profunda. Una herida que requiere cuidados intensivos. Wout viajará a Bélgica para seguir con su recuperación». Su presencia en el Mundial, el domingo 29 en Zúrich, está en el aire.

Los favoritos, a resguardo

La etapa fue irrelevante para la general, con todos los favoritos a resguardo. Llovió pero los 141 kilómetros acortaron el trámite. La carrera afronta hoy la Herrera, puerto mítico sin duda en la historia de la Vuelta pero que en el ciclismo actual carece de la dureza de antaño. Mantiene, sin embargo, su condición de primera categoría, como corresponde a su pasado, donde nombres como los de Ocaña, Bahamontes o Loroño le dieron brillo.

Hoy será otra jornada para delegar el trabajo duro. Desde mañana al domingo, a las figuras no les quedará otra que remangarse en primera persona.

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