Visita y victoria

La niebla me hizo recordar un poco a la famosa etapa nuestra del Tour de 1985 en Luz Ardiden. Afortunadamente, ayer hubo menos niebla, o por lo menos a nosotros se nos hizo más largo el rato que pasamos sin ver ni saber nada. No sé si para bien o para mal. Fue malo para la televisión, seguro, pero creo que para nosotros fue bueno porque así no veíamos cómo venía Lucho Herrera por detrás de Pedro Delgado.

Hay que destacar la muy buena etapa de Storer y De la Cruz, que estuvo a punto de ganar, pero surgió un gran Superman López. Volvió a aparecer la ambición de Roglic y de Bernal, que no tiene nada que ver con el del principio de la Vuelta. ¡Qué trío!

A la hora de comparar el Gamoniteiru con el Angliru, pienso que este último es más duro. El kilómetro final del Gamoniteiru es más difícil, pero en general creo que en dureza le gana su paisano asturiano. Hay que mirar todo el puerto, y pienso que el Angliru le gana. Es más, aunque el Gamoniteiru es un puertaco.

Pasó la etapa por nombres clásicos, como La Cobertoria. Allí se nos cayó Marino Lejarreta y se rompió el escafoides y también Alex Zulle, que se quedó en el suelo quejándose de que le dolía el culo en vez de subirse rápido a la bici y mirar luego a ver si se había hecho algo. Ahí perdió otra Vuelta que acababa en Santiago, como esta, aunque al final se le acercó mucho a Rominger.

Los dos días asturianos han respondido a las expectativas, tanto por la carretera como por los corredores. Muchas veces hay que tragar etapas sin fuste para llegar a estas. Ha habido jornadas que no gustan, quizá demasiadas, pero estas dos han compensado todo. Salvo accidente, la Vuelta está decidida.