La Vuelta de Enric Mas

Esta temporada debe ser la de la confirmación de este cambio y la Vuelta a España está dispuesta a ofrecerle la pista de despegue ideal. La ronda presentó este martes su recorrido en Barcelona, de donde partirá 26 de agosto con una contrarreloj por equipos, y es un trazado duro que busca las grandes montañas, donde Mas puede expresar mejor su talento. La Vuelta llegará al Tourmalet y al Angliru, dos nombres que definen el espíritu de la 78ª edición.

La carrera da una vuelta de tuerca con la dureza respecto al año pasado. En la tercera etapa ya se llega a Arinsal, en Andorra, y antes del primer descanso, a Javalambre, Xorret del Catí y Caravaca de la Cruz. Pero la hora de la verdad comenzará con los Pirineos en la segunda semana. Para el Movistar, un escenario simbólico porque tras subir al mítico Tourmalet el viernes 8 septiembre, la carrera disputará dos etapas en Navarra, sede histórica y sentimental del equipo: el sábado entre Sauveterre de Béarn y Larra Belagua y el domingo 10 entre Pamplona y Lekunberri. La Vuelta visita de nuevo a los aficionados vascos y lo hace en fin de semana, con lo que se asegura una presencia multitudinaria tanto en las laderas del coloso pirenaico como en la etapa del Roncal –que superará el durísmo puerto de Larrau, donde Indurain cedió definitivamente en el Tour de 1996– y la del valle de Larraun.

La Vuelta se decidirá en la tercera semana, en la que los organizadores se reservan su principal baza, la llegada al Angliru. Aunque cada vez se hacen menos diferencias en el puerto asturiano, su presencia es amenazante y ningún líder se adentra en sus rampas con un cien por cien de garantías. Al día siguiente, llegada al inédito Cruz de Linares, con doble ascensión. El tradicional paso por la sierra de Guadarrama en la penúltima etapa, de más de 200 kilómetros, dará paso a la llegada a Madrid, el 17 de septiembre.

La llamada de la Vuelta a Enric Mas es clara, como lo fue la del Giro a Evenepoel. Si el organizador italiano estiró la distancia contrarreloj hasta los 71 kilómetros para lograr el sí del belga, el de la Vuelta los limita a los 14,5 de la contrarreloj por equipos inicial de Barcelona –que no suponen un problema para el Movistar– y los 25 de Valladolid en el inicio de la segunda semana.